Por el momento no existe ningún tratamiento curativo para las demencias primarias degenerativas, incluida la enfermedad de Alzheimer y ni tan siquiera se puede frenar la evolución de la enfermedad de forma sustancial.
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Los objetivos globales del tratamiento son controlar adecuadamente los síntomas psicológicos y conductuales, prevenir o controlar las patologías asociadas y retrasar todo lo que se pueda la pérdida de merma funcional del paciente.
Para ello se utilizan de forma complementaria dos tipos tipos de intervenciones, famacológicas y no farmacológicas. Es habitual, sobre todo en ciudades grandes que acudan a un centro de día, donde participan en técnicas de mantenimiento o psicoterapia. Debe adaptarse el entorno del paciente de forma que se facilite su orientación en su hábitat y mantener medidas de seguridad para evitar accidentes y complicaciones. Para ello, es necesario mantener rutinas estables, reforzar la orientación con calendarios visibles que vayan marcando los días, señalizar las habitaciones de la casa o el contenido de los armarios con carteles escritos o fotos según el estado de la demencia, crear un ambiente agradable evitando ruidos molestos, manteniendo una iluminación adecuada y evitando ambientes recargados. Para favorecer la autonomía para vestirse es importante simplificar al máximo las opciones de vestuario, utilizando ropa sencilla y cómoda, sustituyendo botones, cremalleras y cordones, por velcros y gomas. Para paliar la incontinencia urinaria y fecal, es útil llevar periódicamente al baño al paciente aunque afirme no sentir ninguna necesidad, con el fin de anticiparse a esta y retrasar el uso de pañales hasta las fases más avanzadas. La actividad física y los paseos diarios, mejoran la coordinación, el estado de ánimo, el insomnio y las relaciones sociales. El cuidador debe hablar despacio al paciente, con u tono de voz cálido, con frases cortas y sencillas, evitando realizar preguntas con múltiples opciones, combinando la comunicación verbal y no verbal, evitando colocarse muy lejos o muy cerca (o detrás del paciente). Es importante no tener prisa en la espera de las respuestas y nunca mostrarse agresivo, intentando no llevar la contraria al paciente. Hay que poner atención en la prevención de accidentes guardando todos aquellos objetos potencialmente peligrosos, eliminando los cerrojos de las puertas interiores, protegiendo radiadores y ventanas y colocar una pulsera o collar identificativa personal para facilitar la recuperación del paciente en caso de extravío o fuga del domicilio. Con el fin de evitar caídas, es conveniente retirar alfombras y cables, evitar la colocación de muebles que obstaculicen las vías de paso habitual del paciente, así como fijar la lampara a la mesilla de noche y mantener la iluminación nocturna en el recorrido al baño, instalando asideros en la bañera y el inodoro. Evitar el consumo de medicamentos que no hayan sido prescritos por el médico, aunque sea de uso habitual. Normalmente los fármacos que utilizan son de tipo Anticolinérgicos, como algunos Antiparkinsonianos (Diperideno, etc.), Antihistamínicos para prevenir el mareo (Dimenhidrato, etc.), Hipnóticos (Doxilamina, etc.), Antipsicóticos de tipo fenotiazínico (Clorpromazina, etc.), Agentes para la incontinencia urinaria (Tolteridona, etc). Los medicamentos con indicación específica en cuadros de Alzheimer son de Diagnostico Hospitalario, por lo que deben ser prescritos por médico especialista, entre ellos los Inhibidores de la acetilcolinesterasa (Rivastigmina, etc.). Los Antidepresivos más empleados en pacientes con demencia son Inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (Fluoxetina, etc.). En ansiedad aguda se emplean Benzodiazepinas (Lorazepam, etc.). Todos éstos fármacos los veremos en Medicamentos.
El aumento constante de los casos del Alzheimer está claramente relacionado con el incremento de la esperanza de vida de la población y con su envejecimiento. Tiene una elevada dimensión social debido a la extrema atención que requieren los enfermos.
El Alzheimer es un trastorno neurológico degenerativo de carácter progresivo e irreversible. Suele aparecer a partir de los cincuenta años, siendo más frecuente en edades más avanzadas. Comienza en principio de forma lenta, intensificándose con el tiempo a lo largo de 7 fases clínicas (escala de Reisberg). Consisten en disfunciones de la memoria y de la orientación, deterioro de las capacidades de aprendizaje y razonamiento, con pérdida del control emocional, del lenguaje y otras habilidades adquiridas, hasta afectar gravemente a la autoconsciencia. Se desconoce la causa desencadenante del Alzhéimer, aunque parece existir una base genética y la edad avanzada constituye la principal causa de riesgo.
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Para ello se utilizan de forma complementaria dos tipos tipos de intervenciones, famacológicas y no farmacológicas. Es habitual, sobre todo en ciudades grandes que acudan a un centro de día, donde participan en técnicas de mantenimiento o psicoterapia. Debe adaptarse el entorno del paciente de forma que se facilite su orientación en su hábitat y mantener medidas de seguridad para evitar accidentes y complicaciones. Para ello, es necesario mantener rutinas estables, reforzar la orientación con calendarios visibles que vayan marcando los días, señalizar las habitaciones de la casa o el contenido de los armarios con carteles escritos o fotos según el estado de la demencia, crear un ambiente agradable evitando ruidos molestos, manteniendo una iluminación adecuada y evitando ambientes recargados. Para favorecer la autonomía para vestirse es importante simplificar al máximo las opciones de vestuario, utilizando ropa sencilla y cómoda, sustituyendo botones, cremalleras y cordones, por velcros y gomas. Para paliar la incontinencia urinaria y fecal, es útil llevar periódicamente al baño al paciente aunque afirme no sentir ninguna necesidad, con el fin de anticiparse a esta y retrasar el uso de pañales hasta las fases más avanzadas. La actividad física y los paseos diarios, mejoran la coordinación, el estado de ánimo, el insomnio y las relaciones sociales. El cuidador debe hablar despacio al paciente, con u tono de voz cálido, con frases cortas y sencillas, evitando realizar preguntas con múltiples opciones, combinando la comunicación verbal y no verbal, evitando colocarse muy lejos o muy cerca (o detrás del paciente). Es importante no tener prisa en la espera de las respuestas y nunca mostrarse agresivo, intentando no llevar la contraria al paciente. Hay que poner atención en la prevención de accidentes guardando todos aquellos objetos potencialmente peligrosos, eliminando los cerrojos de las puertas interiores, protegiendo radiadores y ventanas y colocar una pulsera o collar identificativa personal para facilitar la recuperación del paciente en caso de extravío o fuga del domicilio. Con el fin de evitar caídas, es conveniente retirar alfombras y cables, evitar la colocación de muebles que obstaculicen las vías de paso habitual del paciente, así como fijar la lampara a la mesilla de noche y mantener la iluminación nocturna en el recorrido al baño, instalando asideros en la bañera y el inodoro. Evitar el consumo de medicamentos que no hayan sido prescritos por el médico, aunque sea de uso habitual. Normalmente los fármacos que utilizan son de tipo Anticolinérgicos, como algunos Antiparkinsonianos (Diperideno, etc.), Antihistamínicos para prevenir el mareo (Dimenhidrato, etc.), Hipnóticos (Doxilamina, etc.), Antipsicóticos de tipo fenotiazínico (Clorpromazina, etc.), Agentes para la incontinencia urinaria (Tolteridona, etc). Los medicamentos con indicación específica en cuadros de Alzheimer son de Diagnostico Hospitalario, por lo que deben ser prescritos por médico especialista, entre ellos los Inhibidores de la acetilcolinesterasa (Rivastigmina, etc.). Los Antidepresivos más empleados en pacientes con demencia son Inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (Fluoxetina, etc.). En ansiedad aguda se emplean Benzodiazepinas (Lorazepam, etc.). Todos éstos fármacos los veremos en Medicamentos.
El aumento constante de los casos del Alzheimer está claramente relacionado con el incremento de la esperanza de vida de la población y con su envejecimiento. Tiene una elevada dimensión social debido a la extrema atención que requieren los enfermos.
El Alzheimer es un trastorno neurológico degenerativo de carácter progresivo e irreversible. Suele aparecer a partir de los cincuenta años, siendo más frecuente en edades más avanzadas. Comienza en principio de forma lenta, intensificándose con el tiempo a lo largo de 7 fases clínicas (escala de Reisberg). Consisten en disfunciones de la memoria y de la orientación, deterioro de las capacidades de aprendizaje y razonamiento, con pérdida del control emocional, del lenguaje y otras habilidades adquiridas, hasta afectar gravemente a la autoconsciencia. Se desconoce la causa desencadenante del Alzhéimer, aunque parece existir una base genética y la edad avanzada constituye la principal causa de riesgo.
Enfermedades: La Enfermedad de Alzheimer Parte 3
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