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- Malas posturas desde que nos levantamos hasta que nos acostamos pueden dañar la columna vertebral y si se tienen molestias a diario hay que tenerlo en cuenta. También durante el descanso nocturno.
Entre el disco intervertebral y la vértebra hay una fina capa cartilaginosa de apenas 1 mm de grosor, similar a una telilla que se llama placa terminal cartilaginosa y se encarga de alimentar a las células del disco suministrándoles energía en forma de glucosa y oxígeno a través de la sangre. Los esfuerzos diarios van deformando esa telilla impidiendo que las células reciba todo el alimento. Como consecuencia, las vértebras se deforman y se crean diminutos picos de tejido óseo, llamados osteoditos. Este envejecimiento del hueso puede provocar dolor, disminución de la fuerza y hormigueo en brazos y piernas, poco a poco el disco disminuye en altura y por consiguiente nuestra estatura.
Muchos de los dolores de espalda se califican como síndromes mecánicos inespecíficos (no existe una causa física concreta que los provoque ya que no se encuentra ningún daño en las vértebras ni en las estructuras que las rodean. En estos casos las molestias se achacan además de al desgaste propio de la edad, al mal funcionamiento de la musculatura, ligamentos y tendones que rodean la columna.
Cuando te mueves, estos grupos musculares forman una perfecta red de soporte, pero cuando se debilitan el sostén no es firme con lo que puede aparecer dolor, por lo que no sólo hay que cuidar los grandes músculos que recogen la espalda
Hay que fortalecer la faja protectora: Los músculos de la tripa (los transversos que se encuentran a ambos lados del ombligo), actúan como una faja que ayuda a mantener una postura correcta. Cuando la grasa se acumula en el abdomen, la columna tiende a modificar su postura normal para equilibrar ese exceso de peso, y lo hace inclinándose hacia delante o atrás, lo que provoca la aparición de una curvatura antinatural que hace que todas las estructuras de la espalda sufran.
Lo mejor es el ejercicio, caminar media hora al día moviliza tu espalda, fortalece tus huesos y aleja contracturas Para reforzar la musculatura de la columna y del abdomen, hacer al menos 3 sesiones de ejercicio de fuerza con pesas a la semana.
La obesidad y el sobrepeso aumentan la incidencia del dolor de espalda, ya sea esporádico o crónico. Como consecuencia aparece dolor en la parte baja de la espalda o zona lumbar. Las razones son:
- Se incrementa la presión que absorbe la columna: Tanto los discos como lasa articulaciones sufren por tener que soportar más carga de la que deberían. A esto se añade el riesgo de que un disco intervertebral se desplace o se rompa.
- Se favorece la aparición de cambios degenerativos precoces: La carga excesiva que tienen que soportar los huesos de la espalda por exceso de peso puede hacer que tanto los discos intervertebrales como otras estructuras se deformen
El tabaco aumenta el riesgo de dolor lumbar crónico por varios motivos:
- Favorece la osteoporosis
- Disminuye el riego sanguíneo de la zona (causando el deterioro de los discos vertebrales al no llegarles suficientes nutrientes) y también la cantidad de sangre que llega a la médula espinal.
- La tos del fumador puede provocar un esfuerzo muscular extra que a menudo causa contracturas musculares y lesiones .
Enfermedades: El Dolor de espalda Parte 1
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