Los Antipsoriásicos, introducción

La Psoriasis es una enfermedad inflamatoria de la piel, de origen autoinmune, de carácter crónico y fluctuante caracterizada por una hiperproliferación y diferenciaciones anómalas de los queratinocitos. Puede afectar a la piel, uñas, articulaciones y menos frecuentemente a las mucosas. Los cambios epidérmicos asociados con la psoriasis pueden ser debidos a la infiltración de linfocitos T inflamatorios (es una enfermedad mediada por linfocitos T CD4+ y CD8+ y la liberación de citocinas en respuesta a la estimulación antigénica. 

Entre los factores externos desencadenantes pueden citarse los traumatismos externos, determinadas infecciones (la forma "en gotas" aparece poco después de una faringitis estreptocócica), uso de determinados fármacos (Litio, Betabloqueantes, Antipalúdicos, AINEs, supresión del tratamiento con Esteroides), Fármacos psicogénicos (especialmente el estrés, que puede actuar como desencadenante o agravante), clima (el clima cálido y la luz solar son beneficiosos, el frio empeora las lesiones), factores metabólicos (hipocalcemia, alcoholismo, diálisis, etc), y factores endocrinos (mayor incidencia en la pubertad y menopausia, mejora en el embarazo).

Hablar de eficacia clínica en este contexto significa obtener un alto porcentaje de remisión de las lesiones, junto con un tiempo relativamente largo sin reaparecer, pero salvando el hecho de que es dificil predecir la evolución natural de la enfermedad, hay que contar con que los tratamientos deben ser repetidos periódicamente

Medicamentos: Los Antipsoriásicos, introducción

Grupos de medicamentos: Dermatológicos

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