Entre los principales factores de riesgo asociados al cáncer colorrectal, destacan ciertas alteraciones genéticas (como la poliposis adenomatosa familiar o el síndrome de Lynch), la enfermedad inflamatoria intestinal (colitis ulcerosa, enfermedad de Crohn), la presencia de pólipos intestinales, el consumo de alcohol y tabaco, la obesidad, la dieta rica en grasas y baja en fibra, etc.
Hay amplia documentación que avala que una dieta rica en carne y baja en frutas, otros vegetales y pescados, se asocia con un incremento del riesgo de cáncer colorrectal. Algunos estudios indican que un régimen de alimentación o ejercicio puede mejorar el desenlace en pacientes con cáncer colorrectal. Hay estudios que sugieren que el uso de ácido salicílico en dosis menores a una cantidad determinada al día durante varios años, puede reducir a largo plazo la incidencia y la mortalidad debida al cáncer de colon. Otros estudios han comparado la microflora gastrointestinal de pacientes con cáncer colorrectal frente a pacientes sin cáncer, y se asoció el riesgo de cáncer colorrectal a una menor diversidad bacteriana.
El pronóstico para los pacientes de cáncer de colon se relaciona con el grado de penetración del tumor a través de la pared intestinal, la presencia o ausencia de compromiso ganglionar y la presencia o ausencia de metástasis a distancia. La obstrucción intestinal y la perforación intestinal, son indicadores también. Las concentraciones séricas elevadas del antígeno carcinoembrionario (ACE) antes del tratamiento, tienen una significación pronóstica negativa.
El pronóstico de los pacientes con cáncer de recto, es más o menos a lo indicado en los de colon. Se relaciona con la adherencia a órganos adyacentes o invasión de los mismos, la presencia o ausencia de compromiso tumoral en los ganglios linfáticos y número de ganglios linfáticos positivos, la presencia o ausencia de metástasis a distancia, la perforación u obstrucción del intestino, la presencia o ausencia de características patológicas de riesgo alto (tales como márgenes quirúrgicos positivos, invasión linfovascular, invasión perineural o características histológicas precariamente diferenciadas) y el margen circunferencial de resección o la profundidad de la penetración del tumor a través de la pared intestinal.
Detección y diagnóstico
En cuanto a la detección y diagnóstico, el cáncer de colon debe sospecharse en pacientes que presenten alteraciones del ritmo intestinal (estreñimiento o estreñimiento alternado con diarrea), sangrados rectales, obstrucción intestinal o anemia ferropénica. El diagnóstico suele realizarse por colonoscopia completa y como prueba complementaria, debe hacerse una tomografía axial computerizada (TAC) abdominal y una prueba de imagen del tórax (radiografía o TAC).
La medición del antígeno carcinoembrionario (ACE) que es una glucoproteína sérica, ya no se considera actualmente como un instrumento valioso para la detección inicial del cáncer colorrectal, debido a su baja sensibilidad y especificidad. Son diversas las formas con las que pueden detectarse signos y síntomas que sugieran un potencial diagnóstico de cáncer colorrectal y la confirmación suele hacerse con biopsia.
El examen general y la revisión de los antecedentes sanitarios (amnesis) de la persona, es relativamente común, el examen digital (tacto rectal), la realización de pruebas para detectar sangre oculta en las heces y las radiografías del tracto gastrointestinal inferior, mediante un enema opaco de bario.
Las pruebas sistemáticas por antonomasia son la colonoscopia y la sigmoidoscopia.
- La colonoscopia permite comprobar el estado del interior del recto y del colon, para determinar si hay pólipos, áreas anormales o cáncer. Consiste en la introducción de un tubo delgado y flexible, dotado de iluminación y cámara de vídeo (a través del ano). Dispone de una herramienta para extraer pólipos o muestras de tejido para verificar al microscopio si hay signos de cáncer (biopsia)
La colonoscopia virtual utiliza técnicas de TAC (tomografía axial computadorizada).
- La sigmodoscopia, es una forma específica de colonoscopia que permite observar el interior del recto y colon sigmoide (inferior) y verificar si hay pólipos, otras áreas anormales o incluso tumorales. La mayoría permiten extraer pólipos o muestras de tejido para someterlas a la correspondiente biopsia. Es menos invasivo y con menos efectos secundarios que la colonoscopia
Ostomía
La realización de ostomía es habitual en los pacientes con cáncer colorrectal intervenidos quirúrgicamente.
Recordar que los cuidados de la ostomía como la limpieza diaria, lavando la piel alrededor del estoma con agua tibia, jabón neutro y esponja natural, realizando movimientos circulares y secando a continuación sin frotar con una toalla suave. Una vez seca la piel, se coloca la bolsa. La esponja y la toalla deben estar en perfectas condiciones higiénicas y utilizarse sólo para la limpieza de la colostomía. Es importante cuidar la piel que rodea al estoma, garantizar la perfecta sujeción de la bolsa y debe ser durable y hermética, para evitar fugas de olores y heces. Si existe vello en la zona de colocación de la bolsa, debe cortarse a ras con tijera para que el anillo se adhiera a la piel y evitar cortes con cuchilla, A continuación, se debe aplicar cuidadosamente el adhesivo sobre la piel empezando de abajo a arriba, Si se está fuera de casa y no se dispone de agua y jabón, y existe la necesidad de cambiar la bolsa, se pueden emplear toallitas limpiadoras y secar con un pañuelo de papel. Siendo la irritación cutánea un problema frecuente, especialmente cuando no coincide exactamente el tamaño del estoma con el del adhesivo, o con una retirada brusca del mismo, desapareciendo habitualmente con el empleo de cremas barrera o soluciones cicatrizantes (es importante que se sequen antes de emplear el adhesivo, para que pegue bien sobre la piel).
Hay amplia documentación que avala que una dieta rica en carne y baja en frutas, otros vegetales y pescados, se asocia con un incremento del riesgo de cáncer colorrectal. Algunos estudios indican que un régimen de alimentación o ejercicio puede mejorar el desenlace en pacientes con cáncer colorrectal. Hay estudios que sugieren que el uso de ácido salicílico en dosis menores a una cantidad determinada al día durante varios años, puede reducir a largo plazo la incidencia y la mortalidad debida al cáncer de colon. Otros estudios han comparado la microflora gastrointestinal de pacientes con cáncer colorrectal frente a pacientes sin cáncer, y se asoció el riesgo de cáncer colorrectal a una menor diversidad bacteriana.
El pronóstico para los pacientes de cáncer de colon se relaciona con el grado de penetración del tumor a través de la pared intestinal, la presencia o ausencia de compromiso ganglionar y la presencia o ausencia de metástasis a distancia. La obstrucción intestinal y la perforación intestinal, son indicadores también. Las concentraciones séricas elevadas del antígeno carcinoembrionario (ACE) antes del tratamiento, tienen una significación pronóstica negativa.
El pronóstico de los pacientes con cáncer de recto, es más o menos a lo indicado en los de colon. Se relaciona con la adherencia a órganos adyacentes o invasión de los mismos, la presencia o ausencia de compromiso tumoral en los ganglios linfáticos y número de ganglios linfáticos positivos, la presencia o ausencia de metástasis a distancia, la perforación u obstrucción del intestino, la presencia o ausencia de características patológicas de riesgo alto (tales como márgenes quirúrgicos positivos, invasión linfovascular, invasión perineural o características histológicas precariamente diferenciadas) y el margen circunferencial de resección o la profundidad de la penetración del tumor a través de la pared intestinal.
Detección y diagnóstico
En cuanto a la detección y diagnóstico, el cáncer de colon debe sospecharse en pacientes que presenten alteraciones del ritmo intestinal (estreñimiento o estreñimiento alternado con diarrea), sangrados rectales, obstrucción intestinal o anemia ferropénica. El diagnóstico suele realizarse por colonoscopia completa y como prueba complementaria, debe hacerse una tomografía axial computerizada (TAC) abdominal y una prueba de imagen del tórax (radiografía o TAC).
La medición del antígeno carcinoembrionario (ACE) que es una glucoproteína sérica, ya no se considera actualmente como un instrumento valioso para la detección inicial del cáncer colorrectal, debido a su baja sensibilidad y especificidad. Son diversas las formas con las que pueden detectarse signos y síntomas que sugieran un potencial diagnóstico de cáncer colorrectal y la confirmación suele hacerse con biopsia.
El examen general y la revisión de los antecedentes sanitarios (amnesis) de la persona, es relativamente común, el examen digital (tacto rectal), la realización de pruebas para detectar sangre oculta en las heces y las radiografías del tracto gastrointestinal inferior, mediante un enema opaco de bario.
Las pruebas sistemáticas por antonomasia son la colonoscopia y la sigmoidoscopia.
- La colonoscopia permite comprobar el estado del interior del recto y del colon, para determinar si hay pólipos, áreas anormales o cáncer. Consiste en la introducción de un tubo delgado y flexible, dotado de iluminación y cámara de vídeo (a través del ano). Dispone de una herramienta para extraer pólipos o muestras de tejido para verificar al microscopio si hay signos de cáncer (biopsia)
La colonoscopia virtual utiliza técnicas de TAC (tomografía axial computadorizada).
- La sigmodoscopia, es una forma específica de colonoscopia que permite observar el interior del recto y colon sigmoide (inferior) y verificar si hay pólipos, otras áreas anormales o incluso tumorales. La mayoría permiten extraer pólipos o muestras de tejido para someterlas a la correspondiente biopsia. Es menos invasivo y con menos efectos secundarios que la colonoscopia
Ostomía
La realización de ostomía es habitual en los pacientes con cáncer colorrectal intervenidos quirúrgicamente.
Recordar que los cuidados de la ostomía como la limpieza diaria, lavando la piel alrededor del estoma con agua tibia, jabón neutro y esponja natural, realizando movimientos circulares y secando a continuación sin frotar con una toalla suave. Una vez seca la piel, se coloca la bolsa. La esponja y la toalla deben estar en perfectas condiciones higiénicas y utilizarse sólo para la limpieza de la colostomía. Es importante cuidar la piel que rodea al estoma, garantizar la perfecta sujeción de la bolsa y debe ser durable y hermética, para evitar fugas de olores y heces. Si existe vello en la zona de colocación de la bolsa, debe cortarse a ras con tijera para que el anillo se adhiera a la piel y evitar cortes con cuchilla, A continuación, se debe aplicar cuidadosamente el adhesivo sobre la piel empezando de abajo a arriba, Si se está fuera de casa y no se dispone de agua y jabón, y existe la necesidad de cambiar la bolsa, se pueden emplear toallitas limpiadoras y secar con un pañuelo de papel. Siendo la irritación cutánea un problema frecuente, especialmente cuando no coincide exactamente el tamaño del estoma con el del adhesivo, o con una retirada brusca del mismo, desapareciendo habitualmente con el empleo de cremas barrera o soluciones cicatrizantes (es importante que se sequen antes de emplear el adhesivo, para que pegue bien sobre la piel).
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