Anorexígenos de acción central
Hasta hace poco, los únicos medicamentos útiles en el tratamiento de la obesidad eran aquellos capaces de reducir la sensación de hambre, es decir los Anorexigenos de acción central.
Las Hormonas tiroideas también se utilizaron, aunque producen excesiva descalcificación ósea, destrucción de proteínas y aumentan el riesgo de complicaciones cardiovasculares (justificándose solamente su uso en obesidad asociada a hipotiroidismo).
Las inyecciones con Gonadotropina coriónica humana se han utilizado sin que los ensayos clínicos efectuados hayan evidenciado disminución de peso superior al que se consigue sólo con la dieta. El efecto de los Anorexígenos de acción central es ligero pero significativo. Estos medicamentos producen una pérdida de peso entre 2 y 10 Kg en los primeros 6 meses de tratamiento, a partir de ese momento el peso se mantiene o sube ligeramente, pero vuelve rápidamente a los valores iniciales al suspender la medicación. Se supone que el efecto de mantenimiento es indefinido, pero no hay estudios de tratamientos continuados de mas de un año de duración.
Los Anorexígenos de acción central, son salvo raras excepciones, variaciones de la estructura molecular de la Anfetamina, hechas con la intención de conservar la acción anorexígena pero evitando la acción estimulante central y el consiguiente riesgo de adicción anfetamínica. Hay dos grupos: los Agonistas adrenérgicos (Noradrenérgicos) y los Serotonérgicos. Sin embargo los efectos adversos graves agudos y crónicos asociados a su uso y la constatación científica de que la obesidad es un desorden crónico cuyo abordaje terapéutico requiere una estrategia a largo plazo, han llevado a las autoridades sanitarias de todo el mundo a cuestionar la racionalización de su utilización.
Entre los Antidepresivos inhibidores de la recaptación de serotonina, se encuentra la Fluoxetina que mostraba eficacia en el tratamiento de 8 semanas de duración, prolongando el tratamiento más de 16-20 semanas volvían a ganar peso. En España no ha sido autorizada con ese fin.
La implicación de los neurotransmisores dopamina, noradrenalina y serotonina en el control del apetito y del gasto de energía se conoce desde hace tiempo, abriendose un nuevo campo, como la utilización de Sibutramina como terapia complementaria en casos particulares y que en la actualidad ya no se utiliza por que el balance beneficio/riesgo ya no se considera favorable.
Los Cannabinoides y el apetito
El sistema endocannabinoide está presente en el cerebro y tejidos periféricos, incluyendo los adipocitos, donde se encuentra implicado en múltiples funciones que afectan al equilibrio energético, al metabolismo de la glucosa y, especialmente de los lípidos, así como en las neuronas del sistema mesolímbico (en el que el neurotransmisor predominante es la dopamina, asociada con la modulación de las respuestas de la conducta frente a estímulos de gratificación emocional y motivación implicado en la regulación del apetito y de la adicción a las drogas). A diferencia de otros neurotransmisores, los endocannabinoides, no se sintetizan y se almacenan de forma continua en las células nerviosas, sino que son generadas a partir de sus precursores y liberadas cuando es necesario y tras su liberación, son rápidamente desactivados mediante recaptación celular y metabolización. El único medicamento comercializado en España que contenía (Rimonabant) fue suspendido de comercialización porque su uso duplicaba el riesgo de trastornos psiquiátricos.
Los inhibidores de lipasas
La mayor parte de las grasas consumidas por adultos son trigliceridos. Para la absorción digestiva es necesaria la acción de las lipasas, que los transforma en dos moléculas de ácido graso libre y una de monoglicerol. La redución de la absorción de la grasa digestiva es determinante en el efecto adelgazante, potenciado con una dieta hipocalórica.
El Orlistat es un potente inhibidor de las lipasas gastrointestinales (gástrica, pancreática y carboxiléster). Con la dosis recomendada administrada junto con las principales comidas, reduce la absorción de la grasa independientemente de la composición de la dieta y además no es prácticamente absorbido en el intestino, por lo que su toxicidad sistémica es improbable. Produce efectos adversos en un alto número de pacientes, relacionados con el aparato digestivo, en concreto con la defecación.
Otros agentes contra la obesidad
Tenemos plantas medicinales como la Camilina o Té verde (Camellia sinensis), que facilita la eliminación de líquidos, combinaciones de éste con Ortosifon y otras.
Hasta hace poco, los únicos medicamentos útiles en el tratamiento de la obesidad eran aquellos capaces de reducir la sensación de hambre, es decir los Anorexigenos de acción central.
Las Hormonas tiroideas también se utilizaron, aunque producen excesiva descalcificación ósea, destrucción de proteínas y aumentan el riesgo de complicaciones cardiovasculares (justificándose solamente su uso en obesidad asociada a hipotiroidismo).
Las inyecciones con Gonadotropina coriónica humana se han utilizado sin que los ensayos clínicos efectuados hayan evidenciado disminución de peso superior al que se consigue sólo con la dieta. El efecto de los Anorexígenos de acción central es ligero pero significativo. Estos medicamentos producen una pérdida de peso entre 2 y 10 Kg en los primeros 6 meses de tratamiento, a partir de ese momento el peso se mantiene o sube ligeramente, pero vuelve rápidamente a los valores iniciales al suspender la medicación. Se supone que el efecto de mantenimiento es indefinido, pero no hay estudios de tratamientos continuados de mas de un año de duración.
Los Anorexígenos de acción central, son salvo raras excepciones, variaciones de la estructura molecular de la Anfetamina, hechas con la intención de conservar la acción anorexígena pero evitando la acción estimulante central y el consiguiente riesgo de adicción anfetamínica. Hay dos grupos: los Agonistas adrenérgicos (Noradrenérgicos) y los Serotonérgicos. Sin embargo los efectos adversos graves agudos y crónicos asociados a su uso y la constatación científica de que la obesidad es un desorden crónico cuyo abordaje terapéutico requiere una estrategia a largo plazo, han llevado a las autoridades sanitarias de todo el mundo a cuestionar la racionalización de su utilización.
Entre los Antidepresivos inhibidores de la recaptación de serotonina, se encuentra la Fluoxetina que mostraba eficacia en el tratamiento de 8 semanas de duración, prolongando el tratamiento más de 16-20 semanas volvían a ganar peso. En España no ha sido autorizada con ese fin.
La implicación de los neurotransmisores dopamina, noradrenalina y serotonina en el control del apetito y del gasto de energía se conoce desde hace tiempo, abriendose un nuevo campo, como la utilización de Sibutramina como terapia complementaria en casos particulares y que en la actualidad ya no se utiliza por que el balance beneficio/riesgo ya no se considera favorable.
Los Cannabinoides y el apetito
El sistema endocannabinoide está presente en el cerebro y tejidos periféricos, incluyendo los adipocitos, donde se encuentra implicado en múltiples funciones que afectan al equilibrio energético, al metabolismo de la glucosa y, especialmente de los lípidos, así como en las neuronas del sistema mesolímbico (en el que el neurotransmisor predominante es la dopamina, asociada con la modulación de las respuestas de la conducta frente a estímulos de gratificación emocional y motivación implicado en la regulación del apetito y de la adicción a las drogas). A diferencia de otros neurotransmisores, los endocannabinoides, no se sintetizan y se almacenan de forma continua en las células nerviosas, sino que son generadas a partir de sus precursores y liberadas cuando es necesario y tras su liberación, son rápidamente desactivados mediante recaptación celular y metabolización. El único medicamento comercializado en España que contenía (Rimonabant) fue suspendido de comercialización porque su uso duplicaba el riesgo de trastornos psiquiátricos.
Los inhibidores de lipasas
La mayor parte de las grasas consumidas por adultos son trigliceridos. Para la absorción digestiva es necesaria la acción de las lipasas, que los transforma en dos moléculas de ácido graso libre y una de monoglicerol. La redución de la absorción de la grasa digestiva es determinante en el efecto adelgazante, potenciado con una dieta hipocalórica.
El Orlistat es un potente inhibidor de las lipasas gastrointestinales (gástrica, pancreática y carboxiléster). Con la dosis recomendada administrada junto con las principales comidas, reduce la absorción de la grasa independientemente de la composición de la dieta y además no es prácticamente absorbido en el intestino, por lo que su toxicidad sistémica es improbable. Produce efectos adversos en un alto número de pacientes, relacionados con el aparato digestivo, en concreto con la defecación.
Otros agentes contra la obesidad
Tenemos plantas medicinales como la Camilina o Té verde (Camellia sinensis), que facilita la eliminación de líquidos, combinaciones de éste con Ortosifon y otras.
Medicamentos: Los Antiobesidad, Anorexigenos de acción central, Cannabinoides, Inhibidores de las lipasas y Otros
Grupos de medicamentos: DigestivoObservaciones... Puedes encontrar las referencias, la bibliografía empleada y además, descargar ésta publicación en formato pdf., en... El Mega Archivador