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sábado, 1 de enero de 2022

La Sal

La Sociedad Española de la Hipertensión alerta de que los españoles doblamos la cantidad aconsejada de sal. La OMS recomienda no pasar la barrera de los 5 gramos diarios de sal y en España se superan los 10 g. Lo cual, nos pone a las puertas de la hipertensión arterial, problemas cardiovasculares, cálculos renales e incluso cáncer de estómago. Sin embargo no es conveniente eliminarla por completo de la dieta.
La Sal es indispensable para el correcto funcionamiento del organismo, que precisa de una dosis pequeña de sodio para regular por ejemplo el volumen sanguíneo y la presión arterial. Resulta crucial para las células, puesto que mantiene el agua dentro de ellas y permite que las membranas celulares funcionen correctamente. Participa en la contracción muscular y en la transmisión de los impulsos nerviosos, y su déficit puede producir síntomas inespecíficos como alteraciones del equilibrio, lentitud psicomotriz, dificultad del pensamiento o somnolencia.
Hay que distinguir entre la sal visible (la que añadimos a la comida) y la oculta (que está presente en los alimentos, como quesos, mantequilla, embutidos, bollería, pizzas, sopas de sobre, precocinados,) en los que está en gran cantidad.
La OMS dice que la cantidad ideal para una persona sana es de 2 g de sodio al día, que sería como unos 5 g de sal (más o menos como una cucharadita de café). Esta cantidad es sumando la del salero, la usada para cocinar y la que recibimos de los alimentos, por eso conviene huir de los procesados y apostar por productos y materias primas naturales y fijarnos en las etiquetas de lo que consumimos
Respecto a los hipertensos, la ciencia ha demostrado que reducir moderadamente la sal, afecta moderadamente a la salud. La cantidad debe ser la mínima posible, marcando como objetivo 1,5 g diarios y siguiendo siempre las pautas y recomendaciones médicas. En cuanto a los productos sustitutivos de la sal, como los bajos en sodio, es preferible optar por los saborizantes naturales como el romero, el tomillo o el limón, por que normalmente las sales bajas en sodio, cambian este elemento por potasio, pudiendo resultar contraproducente.
Respecto a los diabéticos, la Asociación Americana de Diabetes acepta los 2,3 g pero invita a reducirlos a 1,5 g. Unos niveles demasiado bajos de sodio pueden ser desfavorables para estos pacientes. Por ello, mesura y prescripción médica.

Consejos comunes
- Evitar los snacks, enlatados, precocinados y envasados, sutituyéndolos por cereales, legumbres, frutas o vegetales
- Dieta mediterránea y hábitos saludables
- Rehuir de condimentos como extractos de carne, cubitos de caldo, salsas preparadas, productos que contienen carbonato o bicarbonato sódico y probar los alimentos antes de añadirles sal.
- No confiarse frente al sabor dulce, la mayoría de los dulces utilizan grandes proporciones de sal en su composición.
- En cuanto a la sal de mesa (aunque supone sólo el 25% del aporte de sal), conviene trabajar por la educación del paladar (igual que con el azúcar), con muy poca cantidad ya identificamos el sabor, por lo que si vamos quitando la costumbre de recurrir a ella, terminaremos por notarla enseguida.

Nutrición: La Sal
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