Enfermedades que pueden afectar al conductor
- Cualquier tipo de epilepsia y, en general, los trastornos convulsivos, origen de muchos accidentes por la pérdida de control que ocasionan.
- Trastornos psiquiátricos, como depresión, angustia, esquizofrenia, ansiedad generalizada, etc., que provocan pérdidas de reflejos, alteraciones en la conducta y percepción e inestabilidad emocional. En muchos casos es por el efecto sedante de los tratamientos.
- Enfermedad de Parkinson.
- Demencias del tipo Alzheimer.
- Trastornos del sueño: hipersomnia, insomnio, etc.
- Alteraciones graves visuales y/o auditivas, incluidos vértigos.
- Alteraciones en el aparato locomotor: rigidez articular, dolores musculares que dificultan una adecuada postura en la conducción, alteraciones musculares de carácter agudo como espasmos, calambres. etc..
- Enfermedades cardiovasculares: por un lado las que producen una pérdida de conciencia súbita, como ictus o infarto y por otro, patologías crónicas mal controladas como hipertensión, hipotensión etc..
- Trastornos endocrino metabólicos, como la diabetes, por su riesgo de hipoglucemias que provocan mareo y pérdida de conocimiento en el conductor, hipo e hipertiroidismo, que pueden ocasionar mareos, etc..
- En el caso de los alérgicos, debido a la utilización de antihistamínicos.
No todas las patologías anteriores no afectan de igual manera. El tipo de trastorno, el grado de control de la enfermedad y el cumplimiento del tratamiento, son factores determinantes a la hora de definir la peligrosidad al conducir.
Los mecanismos generales a través de los cuales un determinado medicamento podría afectar al conductor son:
1. Somnolencia o efecto sedante.
2. Reducción de los reflejos y aumento del tiempo de reacción.
3. Alteración de la percepción de las distancias.
4. Hiperactividad e hiperreactividad.
5. Alteraciones oftalmológicas o de la audición.
6. Estados de confusión y aturdimiento (mareos, vértigos, etc.).
7. Alteraciones musculares como espasmos, calambres, incoordinación motora, etc..
En los medicamentos en España existe un pictograma que indica que el medicamento afecta a la conducción. Los criterios son:
- La existencia de estudios específicos sobre la capacidad de conducción.
- La frecuencia de reacciones adversas que podrían afectar a la capacidad para conducir y utilizar máquinas, como mareo, somnolencia o alteraciones de la visión, etc. y específicamente, que se registrara una frecuencia superior a un 10%, o bien de entre el 1% y el 10% en el caso de varios efectos concurrentes.
- La gravedad/relevancia de estas reacciones, independientemente de la frecuencia de aparición
El pictograma no significa exactamente que el medicamento afecte inexorablemente a la capacidad de conducción, pero sí que hay que tener en cuenta la información que se recoge al respecto en ficha técnica y prospecto.
- Cualquier tipo de epilepsia y, en general, los trastornos convulsivos, origen de muchos accidentes por la pérdida de control que ocasionan.
- Trastornos psiquiátricos, como depresión, angustia, esquizofrenia, ansiedad generalizada, etc., que provocan pérdidas de reflejos, alteraciones en la conducta y percepción e inestabilidad emocional. En muchos casos es por el efecto sedante de los tratamientos.
- Enfermedad de Parkinson.
- Demencias del tipo Alzheimer.
- Trastornos del sueño: hipersomnia, insomnio, etc.
- Alteraciones graves visuales y/o auditivas, incluidos vértigos.
- Alteraciones en el aparato locomotor: rigidez articular, dolores musculares que dificultan una adecuada postura en la conducción, alteraciones musculares de carácter agudo como espasmos, calambres. etc..
- Enfermedades cardiovasculares: por un lado las que producen una pérdida de conciencia súbita, como ictus o infarto y por otro, patologías crónicas mal controladas como hipertensión, hipotensión etc..
- Trastornos endocrino metabólicos, como la diabetes, por su riesgo de hipoglucemias que provocan mareo y pérdida de conocimiento en el conductor, hipo e hipertiroidismo, que pueden ocasionar mareos, etc..
- En el caso de los alérgicos, debido a la utilización de antihistamínicos.
No todas las patologías anteriores no afectan de igual manera. El tipo de trastorno, el grado de control de la enfermedad y el cumplimiento del tratamiento, son factores determinantes a la hora de definir la peligrosidad al conducir.
Los mecanismos generales a través de los cuales un determinado medicamento podría afectar al conductor son:
1. Somnolencia o efecto sedante.
2. Reducción de los reflejos y aumento del tiempo de reacción.
3. Alteración de la percepción de las distancias.
4. Hiperactividad e hiperreactividad.
5. Alteraciones oftalmológicas o de la audición.
6. Estados de confusión y aturdimiento (mareos, vértigos, etc.).
7. Alteraciones musculares como espasmos, calambres, incoordinación motora, etc..
En los medicamentos en España existe un pictograma que indica que el medicamento afecta a la conducción. Los criterios son:
- La existencia de estudios específicos sobre la capacidad de conducción.
- La frecuencia de reacciones adversas que podrían afectar a la capacidad para conducir y utilizar máquinas, como mareo, somnolencia o alteraciones de la visión, etc. y específicamente, que se registrara una frecuencia superior a un 10%, o bien de entre el 1% y el 10% en el caso de varios efectos concurrentes.
- La gravedad/relevancia de estas reacciones, independientemente de la frecuencia de aparición
El pictograma no significa exactamente que el medicamento afecte inexorablemente a la capacidad de conducción, pero sí que hay que tener en cuenta la información que se recoge al respecto en ficha técnica y prospecto.
Medicamentos: Los Medicamentos y la Conducción Parte 1
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