No es una enfermedad pero si la eneuresis o incontinencia urinaria se alarga, puede convertirse en un problema que afecta a la dinámica familiar y a la vida del niño, ya que provoca mala calidad del descanso nocturno, estrés y disminución de la autoestima.
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Según la Asociación Española de Pediatría, el control de esfínteres se consigue entre los 3-4 años de edad.
La eneuresis nocturna puede ser de dos tipos:
- Primaria, cuando el niño nunca ha sido capaz de controlar la micción nocturna.
- Secundaria, cuando presenta pérdidas después de al menos 6 meses seguidos sin mojar la cama durante la noche.
Afecta más a los niños que a las niñas, se resuelve de manera espontánea y su prevalencia decrece a parir de los 10 años, aunque a partir de esa edad es más difícil solucionarlo. A partir de los 5 años (6 en el caso de los varones), ya se considera inadecuado mojar la cama.
Las razones de este trastorno no se conocen bien, sin embargo hay algunos factores que aumentan el riesgo de sufrir eneuresis:
- Herencia: Algunos autores, señalan que si uno de los padres tuvo de pequeño incontinencia urinaria, el descendiente tiene un porcentaje de posibilidades de padecerlo también, porcentaje que aumenta si ambos progenitores mojaban la cama.
- Ser varón.
- Tener menor proporción de hormona antidiurética durante el descanso nocturno, que provoca demasiada producción de orina durante la noche.
- Beber mucho antes de acostarse o incluso, durante la noche.
- Niños con el sueño muy pesado o cansados en exceso, incapaces de despertarse ante la señal de la vejiga muy llena.
- Falta de aprendizaje a la hora de mantener y vaciar la orina: la comunicación entre el cerebro y la vejiga lleva su tiempo para desarrollarse.
- Sufrir estreñimiento crónico que produce que las heces instaladas en el intestino hagan presión sobre la vejiga y provoca problemas para retener la orina.
- Vejiga demasiado pequeña (no se ha desarrollado por completo), que no permite retener la orina durante toda la noche.
- Alteraciones emocionales: situaciones que pueden alterar la vida cotidiana de los pequeños como estrés, conflictos familiares, escolares, ambos en el entorno familiar, etc.
Si el niño empieza a mojar la cama repentinamente tras un periodo de más de 6 meses controlando esfínteres, hay que tener en cuenta algunas señales que detrás hay un problema de salud.
Por ejemplo si la eneuresis se acompaña de cambios en la cantidad (chorro pequeño o goteo constante o al terminar de de orinar), la frecuencia, el color u olor de las micciones; dolor o escozor, manchas en la ropa interior, pérdida de orina al toser o correr, falta de control en las deposiciones, cambios en el estado de ánimo o cambios en la deambulación por debilidad en las extremidades inferiores (que puede estar provocado por un problema neurológico), es aconsejable acudir al pediatra.
Entre los consejos que dan los expertos a los padres en caso de que su hijo padezca eneuresis, están el de no culpabilizar al niño, no darle demasiada importancia, mantener una actitud positiva, no reñirles ni castigarles. Transmitirles que es algo que se puede solucionar y que muchos otros niños lo padecen. Conocer el funcionamiento del aparato excretor, tener buenos hábitos miccionales y de ingesta líquido. A parte hay 2 tratamientos:
- Terapia con alarma de eneuresis, que es un dispositivo que emite una alarma sonora o visual en cuanto detecta las primeras gotas de orina. Enseña al niño a asociarlo con las sensaciones de la vejiga y a responder a estas. Es imprescindible la colaboración del pequeño y de su familia.
- Tratamiento con desmopresina: es un medicamneto sintético que tiene un efecto similar a la vasopresina (hormona antidiurética) y cuya función es reducir la producción de orina durante la noche.
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La eneuresis nocturna puede ser de dos tipos:
- Primaria, cuando el niño nunca ha sido capaz de controlar la micción nocturna.
- Secundaria, cuando presenta pérdidas después de al menos 6 meses seguidos sin mojar la cama durante la noche.
Afecta más a los niños que a las niñas, se resuelve de manera espontánea y su prevalencia decrece a parir de los 10 años, aunque a partir de esa edad es más difícil solucionarlo. A partir de los 5 años (6 en el caso de los varones), ya se considera inadecuado mojar la cama.
Las razones de este trastorno no se conocen bien, sin embargo hay algunos factores que aumentan el riesgo de sufrir eneuresis:
- Herencia: Algunos autores, señalan que si uno de los padres tuvo de pequeño incontinencia urinaria, el descendiente tiene un porcentaje de posibilidades de padecerlo también, porcentaje que aumenta si ambos progenitores mojaban la cama.
- Ser varón.
- Tener menor proporción de hormona antidiurética durante el descanso nocturno, que provoca demasiada producción de orina durante la noche.
- Beber mucho antes de acostarse o incluso, durante la noche.
- Niños con el sueño muy pesado o cansados en exceso, incapaces de despertarse ante la señal de la vejiga muy llena.
- Falta de aprendizaje a la hora de mantener y vaciar la orina: la comunicación entre el cerebro y la vejiga lleva su tiempo para desarrollarse.
- Sufrir estreñimiento crónico que produce que las heces instaladas en el intestino hagan presión sobre la vejiga y provoca problemas para retener la orina.
- Vejiga demasiado pequeña (no se ha desarrollado por completo), que no permite retener la orina durante toda la noche.
- Alteraciones emocionales: situaciones que pueden alterar la vida cotidiana de los pequeños como estrés, conflictos familiares, escolares, ambos en el entorno familiar, etc.
Si el niño empieza a mojar la cama repentinamente tras un periodo de más de 6 meses controlando esfínteres, hay que tener en cuenta algunas señales que detrás hay un problema de salud.
Por ejemplo si la eneuresis se acompaña de cambios en la cantidad (chorro pequeño o goteo constante o al terminar de de orinar), la frecuencia, el color u olor de las micciones; dolor o escozor, manchas en la ropa interior, pérdida de orina al toser o correr, falta de control en las deposiciones, cambios en el estado de ánimo o cambios en la deambulación por debilidad en las extremidades inferiores (que puede estar provocado por un problema neurológico), es aconsejable acudir al pediatra.
Entre los consejos que dan los expertos a los padres en caso de que su hijo padezca eneuresis, están el de no culpabilizar al niño, no darle demasiada importancia, mantener una actitud positiva, no reñirles ni castigarles. Transmitirles que es algo que se puede solucionar y que muchos otros niños lo padecen. Conocer el funcionamiento del aparato excretor, tener buenos hábitos miccionales y de ingesta líquido. A parte hay 2 tratamientos:
- Terapia con alarma de eneuresis, que es un dispositivo que emite una alarma sonora o visual en cuanto detecta las primeras gotas de orina. Enseña al niño a asociarlo con las sensaciones de la vejiga y a responder a estas. Es imprescindible la colaboración del pequeño y de su familia.
- Tratamiento con desmopresina: es un medicamneto sintético que tiene un efecto similar a la vasopresina (hormona antidiurética) y cuya función es reducir la producción de orina durante la noche.
Enfermedades: La Eneuresis nocturna
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