Se caracterizan por su acción de neutralizar el ácido clorhídrico tras reaccionar con él en la luz gástrica, con lo que reducen la acidez gástrica (pH por encima de 5) y pueden absorber la pepsina y otros enzimas proteolíticos, disminuyendo la agresividad química y enzimática sobre la mucosa gástrica, especialmente en las zonas en que se encuentra deteriorada.
En úlcera péptica: Su función es reducir el dolor asociado a la úlcera duodenal. Muchos especialistas desaconsejan su uso en úlcera gástrica. Se ingieren en función de las necesidades del paciente, siendo las formas líquidas más efectivas que las sólidas.
En dispepsia: Aparte de las medidas preventivas como evitar las comidas copiosas o muy grasas, el exceso de bebidas gaseosas y el acostarse inmediatamente después de la cena. Cuando la dispepsia no está asociada a ningún síntoma o enfermedad orgánica no suele precisar un tratamiento específico, pudiendo ser aconsejable el tratamiento de los síntomas más molestos como el ardor o la sensación de plenitud, mediante el empleo de algunos fármacos de forma temporal (no más de una semana) Los Antisecretores gástricos y los Antiácidos son más útiles cuando los síntomas están relacionados con una hipersecrección ácida y/o reflujo gastroesofágico.
En reflujo gastroesofágico: Los Antiácidos incrementan el pH mejorando los síntomas del ardor epigástrico. Actúan de forma rápida pero sus efectos son poco persistentes (menos de una hora en algunos casos). Las formas líquidas tienen la ventaja de que ayudan a lavar las paredes del esófago de los restos ácidos del contenido gástrico regurgitado. Algunos especialistas prefieren la utilización mixta de Antiácidos con Alginatos que forman una barrera que previene el reflujo.
En neumonitis por aspiración: Se han utilizado como tratamiento preventivo de elección en pacientes sometidos a internamiento en la UCI y durante la inducción e anestesia quirúrgica, pero algunas formulaciones con tamaño grueso de partícula pueden ser dañinas para el tejido pulmonar si son aspiradas, por ello se están desplazando por los antagonistas H₂.
1. Antiácidos sistémicos, se absorbe la parte catiónica de la molécula en el intestino, por lo que puede producirse alcalosis metabólica. La acción es rápida pero poco duradera y con posible efecto rebote: Como el Bicarbonato sódico.
NaHCO₃ + HCl → NaCl + CO₂ + H₂2 El NaCl en duodeno se absorbe y pasa a NaHCO₃
Efectos adversos del NaHCO₃:
Aumenta la concentración de Na en la sangre produciendo hipernatremia
Alcalosis, aumenta la concentración de NaHCO₃ en sangre y la alcalinización de la orina
En tratamientos prolongados produce litiasis
Es eficaz en las úlceras de stress, pero no se debe emplear sitemáticamente
2. Antiácidos no sistémicos, al reaccionar con el ácido clorhídrico, la parte catiónica forma una sal que no se absorbe. La acción es más lenta y sostenida y por lo general sin efecto rebote. Como las Sales de Aluminio, Sales de magnesio, Sales de calcio.
El aluminio produce estreñimiento, el magnesio es higroscópico y produce diarrea
Las Sales de calcio aunque se clasifican como no sistémicas, pueden sufrir absorción parcial (10%), produciendo hipercalcemia, alcalosis y estimulan la producción de jugo gástrico. Muchos autores desaconsejan su uso.
Las Sales de aluminio y las Sales de calcio son astringentes, mientras que las Sales de magnesio son laxantes. Se suelen preparar mezclas de Sales de aluminio y de Sales de magnesio por ello.
En utilización prolongada: El Bicarbonato sódico y Bicarbonato cálcico pueden producir alcalosis sistémica (posible afectación renal), elevación de la creatinina sérica y retención de fluidos. El abuso de Antiácidos cálcicos puede producir hipercalcemia y cálculos renales. El llamado "síndrome de leche-alcalinos", pueden aparecer tras la ingesta crónica de preparados que contienen calcio o bicarbonato, Cuando se ingieren Antiácidos con alto contenido en sodio junto con grandes cantidades de calcio, bien sea como Antiácido o en forma de leche puede haber una sobrecarga sódica. En pacientes con insuficiencia renal pueden producirse intoxicaciones debidas al magnesio y al aluminio. Las Sales de aluminio (salvo los fosfatos), pueden ocasionar pérdida de fosfatos, dando un síndrome similar a la osteomalacia.
Se deben usar los Antiácidos con precaución en personas con insuficiencia renal, ya que puede producirse acumulación de cationes Al, Ca o Mg y atención al contenido en Na.
Los Antiácidos y en especial los no absorbibles, pueden interferir con un gran número de medicamentos y aunque son poco significativas clínicamente, hay que evitar la administración de Antiácidos con fármacos que tengan un estrecho índice terapéutico.
Existen por ejemplo, también combinaciones en el mercado de Antiácidos con Carminativos, con Antiespasmódicos. También asociación de Sales de magnesio y Sales de aluminio con antiflatulentos como la Simeticona.
Medicamentos: Los Medicamentos en alteraciones relacionadas con la Acidez Parte 1
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