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martes, 15 de noviembre de 2022

Los Genes y la salud

El ADN lo heredamos de nuestros padres casi a partes iguales (55% de la madre y 45% del padre), contiene la información para que los órganos y tejidos se formen y funcionen. En ellas también está escrita la predisposición a sufrir determinadas enfermedades o tener un carácter concreto.
La epigenética se encarga de "encender" o "silenciar" genes para que fabriquen determinadas proteínas en todas las funciones que realiza el organismo.Nuestro epigenoma es la suma de todos esos procesos químicos que activan o desactivan genes (son nuestras marcas epigenéticas). El problema aparece cuando nos salimos de los márgenes de normalidad del epigenoma ya sea por efecto o por defecto y los factores ambientales pueden desencadenar ese desequilibrio, por ejemplo haciendo que un gen que determina la predisposición a sufrir una determinada enfermedad llegue a manifestarse.
Dos personas que tienen el mismo ADN presentan diferencias debido a cómo se controla ese ADN.
Un 10% de las enfermedades vienen dadas por una mutación genética, en las cuales no se puede hacer nada salvo retrasar su aparición 10 o 20 años. El 90% restante son esporádicas y en ellas el factor ambiental es clave.

Hábitos que mejoran tu genética
- Dieta equilibrada: La dieta debe contener todos los nutrientes (hidratos de carbono, proteínas, vitaminas, fibra y grasas) en su justa medida (ni en exceso ni en defecto)
- Restricción calórica (no pasar hambre, pero tomar un 25% menos de las calorías diarias recomendadas). Patrones alimenticios excesivos puede provocar modificaciones epigenéticas e incluso mutaciones favoreciendo enfermedades como la diabetes 2, el cáncer incluso el alzhéimer.
Además estimula la formación de unas proteínas llamadas sirtulinas que con la edad tienden a disminuir. Las sirtuinas apagan genes que nos hacen envejecer y mejoran la actividad celular, lo cual hace que se fabrique más colágeno (reduciendo las arrugas).
- Limitar las grasas saturadas y trans que pueden provocar cambios epigenéticos en los vasos sanguíneos, favorecen la formación de placas de ateroma y por tanto coágulos aumentando el riesgo de arteriosclerosis, infarto, ictus etc. Las grasas saturadas actúan también como activador hormonal (contienen muchos esteroides) aumentando el riesgo de desarrollar un tumor de cáncer de mama hormonodependiente.
- Ejercicio con moderación es uno de los pilares frente a la obesidad y el sedentarismo. En exceso desgasta el músculo y los huesos. En su justa medida consiguen que se expresen muchísimos genes protectores.
- Dejar el tabaco. Fumar está detrás de todas las patologías respiratorias, provoca enfermedad cardiovasculares, es causa de cáncer de pulmón, de cabeza y cuello, de laringe e incluso de vejiga. Los tóxicos del tabaco hacen que no se expresen unos 500 genes anti cáncer que tenemos aumentando las posibilidades de sufrir un tumor. El abandono del tabaco puede hacer que se recupere una epigenética normal o equilibrada en 10 años (siempre y cuando no halla producido mutaciones genéticas ya que entonces el daño sería irreversible)
- Folato y vitamina B12. Son necesarios para que se produzcan los cambios químicos necesarios para mantener la epigenética en equilibrio. Si faltan favorecen enfermedades inflamatorias como el cáncer o la diabetes. Si hay un exceso puede favorecer enfermedades autoinmunes.
- Sol. Puede provocar cambios epigenéticos que favorecen el cáncer de piel.
- Radiografías. El exceso de radiación mediante radiografías también es perjudicial (si se realizan más de 10 al año, el daño para las células es superior al beneficio que pueden suponer como herramienta para detectar dolencias).
- Estrés. El estrés crónico, provoca un aumento de los niveles de cortisol que tiene un efecto en los genes y en la salud. Actúa sobre la hormona relacionada con el ánimo y la memoria reciente, lo cual hace que con el estrés no te acuerdes de las cosas y favorece la depresión. El riesgo de sufrirla por esa marca epigenética que puede haber provocado un estrés mantenido en el tiempo puede transmitirse de padres a hijos. También aumenta el riesgo de sufrir infecciones y cáncer.

Los genes influyen hasta en un 60% en la personalidad del hombre, pero los factores ambientales son claros para que los rasgos heredados se expresen, o lo que ahí entra en escena, la voluntad de no repetir aquellos patrones que te disgustan.

Las marcas epigenéticas que se derivan del estilo de vida pueden pasar a tus hijos y nietos (también las heredas de tus padres). Por ello, es fundamental que en el momento de la concepción (óvulo y esperma contienen la información genética del futuro embrión) y el embarazo (el feto se está formando y todo lo que pueda influirle afecta a su desarrollo) y antes de buscar descendencia habría que adoptar hábitos de vida saludables para limpiar el organismo.

Curiosidades: Los Genes y la salud
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