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jueves, 15 de abril de 2021

Investigación - El Coronavirus chino - COVID-19 (Actualización VIII)


Investigación
El SARS-CoV-2 comparte muchas características con otros virus ya conocidos. Es un virus de ARN perteneciente a la familia de coronavirus, su genoma contiene 29891 nucleótidos que codifican para 9860 aminoácidos.
El virión (su forma infectiva), consiste en una membrana con glicoproteínas dentro de la que se empaqueta el material hereditario compactado con proteínas y en la superficie destaca la presencia de la proteína S, que tiene un papel relevante en la infección.El coronavirus entra en las células a través de la unión de una proteína de su superficie, la proteína S, con el receptor ACE-2 (enzima convertidora de angiotensina 2) de las células huésped. ACE-2 forma parte de una ruta bioquímica que interviene en la regulación de procesos como la inflamación o la presión sanguínea y su función habitual es modular la actividad de la angiotensina 2 para contrarrestar sus efectos dañinos.
La proteína S está formada por tres unidades idénticas organizadas en forma de círculo que encajan con el receptor ACE-2 como una llave y median la fusión de la cubierta membranosa del virus con la membrana de la célula que está siendo infectada. La unión entre la proteína S y el receptor ACE-2 marca el punto de destino del virus en el organismo, pero es la activación de la proteína S lo que abre las puertas de la célula al virus. Los virus entran en la célula rodeados de membrana celular, formando endosomas. En estas pequeñas bolsas celulares, se liberan catepsinas, otras proteínas que modifican de nuevo la proteína S, y proteasas que favorecen la liberación del ARN viral al citoplasma. Para este proceso son importantes las condiciones de pH en el interior de las vesículas. Al ser liberado, el ARN viral se traduce directamente a poliproteínas, que son procesadas en proteínas funcionales responsables de la replicación y transcripción del virus. Así, por una parte, se producen ARNs que son traducidos en proteínas estructurales del virus y por otra se generan ARNs genómicos que serán empaquetados en los nuevos viriones que se van formando. Por último, los viriones se liberan al exterior de la célula y pueden infectar otras células. Es importante la proteína S, el receptor ACE-2 y la proteasa TMPRSS2, para el desarrollo de tratamientos o vacunas.
Dado que ACE-2 es la puerta de entrada del virus a las células del organismo, una cuestión relevante para determinar el alcance o las consecuencias clínicas de COVID-19 es conocer qué células expresan esta proteína y pueden ser infectadas. El ACE-2 está en células de órganos como el pulmón, corazón, riñón, vejiga y órganos del sistema digestivo. El análisis de expresión de diferentes tejidos indica que ACE2 y TMPRSS2 se expresan especialmente en ciertas células de la cavidad nasal, de los pulmones y el intestino. El interferón, una molécula implicada en la activación del sistema inmunitario, estimula la expresión de ACE2 en los pulmones.
El virus se replica rápidamente en las células. Además, aumenta la actividad ciertas rutas celulares como la traducción de proteínas, el procesado de ARN o el metabolismo de los ácidos nucleicos y el carbono. Los inhibidores de estas rutas inhiben la replicación del virus.
Una vez dentro de las células, el coronavirus no se comporta como otros virus respiratorios como el SARS. En general la presencia de los virus respiratorios activa la expresión de los genes que producen interferón, que inhiben la replicación del virus, y la expresión de quimiocinas, que son las señales que alertan a células cercanas y sistema inmunitario de la infección. Sin embargo, los estudios en células humanas o células de pacientes indican que SARS-CoV-2 bloquea los genes relacionados con la producción de interferón y activa los que producen las quimiocinas, que inducen el reclutamiento de macrófagos y la inflamación. Con este mecanismo, la respuesta del organismo al virus está desequilibrada respecto a lo que ocurre normalmente. Los investigadores sugieren que esta característica podría estar relacionada con la mayor frecuencia de casos graves de COVID-19 en pacientes con otras enfermedades que no tienen un sistema inmunitario robusto.

Enfermedades: Investigación - El Coronavirus chino - COVID-19 (Actualización VIII) 
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