Una vez que los coronavirus han infectado a humanos, se acepta que la infección puede transmitirse de persona a persona, normalmente tras el contacto cercano con un paciente infectado, por ejemplo, en espacios cerrados como centros de salud o lugares de trabajo.Las manifestaciones clínicas por coronavirus dependen en gran medida del tipo de virus y el estado de salud de la persona, pero los signos clínicos más comunes incluyen los propios de un resfriado común, destacando fiebre, tos y síntomas respiratorios (disnea y otras alteraciones de la respiración).
También se han notificado síntomas gastrointestinales, incluyendo diarrea. En los casos más severos, la infección puede causar bronquitis o neumonía (bien sea neumonía viral directa o favorecer una neumonía bacteriana secundaria), síndrome respiratorio agudo severo, fallo o insuficiencia renal e incluso la muerte.
Por el momento no existe un tratamiento específico de la enfermedad causada por nuevos coronavirus. Aunque muchos de los síntomas pueden ser manejados clínicamente, por lo que el tratamiento debe individualizarse en base al estado del paciente y debe asegurar el soporte vital en caso de complicaciones. Los interferones recombinantes o la rivabirina solo tienen efectos limitados en las infecciones por coronavirus. Recientemente se ha planteado la posibilidad de utilizar fármacos antirretrovirales (como lopinavir o ritonavir) o remdesivir, que es un fármaco antiviral desarrollado inicialmente para el tratamiento de la infección por el virus del ébola, sin que por ahora se disponga de resultados concluyentes en torno a su eficacia.
Según análisis genéticos, el nuevo coronavirus identificado a finales del año pasado pertenece al género de los betacoronavirus y guarda un estrecho parentesco con el SARS-CoV.
Las principales manifestaciones clínicas del COVID-19 incluyen fiebre, tos, dificultad para respirar (sensación de falta de aire) y la aparición de infiltrados pulmonares bilaterales en radiografía torácica.
Según datos preliminares, el período de incubación más frecuente se ha estimado entre 4 y 7 días, con un promedio de 5 días, habiéndose producido un 95% de los casos a los 12,5 días desde la exposición. Sin embargo, en base al conocimiento de otros betacoronavirus, con los datos de los casos detectados en Europa en este brote se considera que podría ser desde los 1-2 y hasta 14 días; puntualmente se han hallado casos de hasta 27 días de incubación. El COVID-19 sí se puede contagiar durante el periodo de incubación en que el portador aún no presenta síntomas, lo que dificulta su vigilancia epidemiológica.
Puesto que no aún se dispone de tratamiento ni vacunas eficaces, la mejor estrategia colectiva para hacer frente a la infección por coronavirus consiste en controlar la fuente de infección y, sobre todo, alcanzar un diagnóstico temprano que permita notificar los casos, aislar a los pacientes (y sus contactos directos), aportar el tratamiento sintomático y de soporte oportuno y publicar la información epidemiológica de manera que se evite, en la medida de lo posible, un pánico sanitario. A nivel individual, normas adecuadas de higiene, la ventilación de interiores y evitar lugares donde haya acumulaciones de personas contribuirán a prevenir la infección. Es importante recordar a la población y al personal sanitario las medidas básicas para reducir el riesgo general de transmisión de infecciones respiratorias agudas, entre las que se pueden destacar las siguientes:
Recomendaciones para la prevención y control de la infección en el manejo de pacientes con COVID-19: https://www.mscbs.gob.es/profesionales/saludPublica/ccayes/alertasActual/nCov-China/documentos/Documento_Control_Infeccion.pdf
Protocolo de manejo clínico de pacientes con enfermedad por el nuevo coronavirus: https://www.mscbs.gob.es/profesionales/saludPublica/ccayes/alertasActual/nCov-China/documentos/Protocolo_manejo_clinico_COVID-19.pdf
Información sobre áreas geográficas de riesgo con transmisión comunitaria: https://www.mscbs.gob.es/profesionales/saludPublica/ccayes/alertasActual/nCov-China/areas.htm
Enfermedades: El Coronavirus chino - COVID-19 (Actualización I)
Por el momento no existe un tratamiento específico de la enfermedad causada por nuevos coronavirus. Aunque muchos de los síntomas pueden ser manejados clínicamente, por lo que el tratamiento debe individualizarse en base al estado del paciente y debe asegurar el soporte vital en caso de complicaciones. Los interferones recombinantes o la rivabirina solo tienen efectos limitados en las infecciones por coronavirus. Recientemente se ha planteado la posibilidad de utilizar fármacos antirretrovirales (como lopinavir o ritonavir) o remdesivir, que es un fármaco antiviral desarrollado inicialmente para el tratamiento de la infección por el virus del ébola, sin que por ahora se disponga de resultados concluyentes en torno a su eficacia.
Según análisis genéticos, el nuevo coronavirus identificado a finales del año pasado pertenece al género de los betacoronavirus y guarda un estrecho parentesco con el SARS-CoV.
Las principales manifestaciones clínicas del COVID-19 incluyen fiebre, tos, dificultad para respirar (sensación de falta de aire) y la aparición de infiltrados pulmonares bilaterales en radiografía torácica.
Según datos preliminares, el período de incubación más frecuente se ha estimado entre 4 y 7 días, con un promedio de 5 días, habiéndose producido un 95% de los casos a los 12,5 días desde la exposición. Sin embargo, en base al conocimiento de otros betacoronavirus, con los datos de los casos detectados en Europa en este brote se considera que podría ser desde los 1-2 y hasta 14 días; puntualmente se han hallado casos de hasta 27 días de incubación. El COVID-19 sí se puede contagiar durante el periodo de incubación en que el portador aún no presenta síntomas, lo que dificulta su vigilancia epidemiológica.
Puesto que no aún se dispone de tratamiento ni vacunas eficaces, la mejor estrategia colectiva para hacer frente a la infección por coronavirus consiste en controlar la fuente de infección y, sobre todo, alcanzar un diagnóstico temprano que permita notificar los casos, aislar a los pacientes (y sus contactos directos), aportar el tratamiento sintomático y de soporte oportuno y publicar la información epidemiológica de manera que se evite, en la medida de lo posible, un pánico sanitario. A nivel individual, normas adecuadas de higiene, la ventilación de interiores y evitar lugares donde haya acumulaciones de personas contribuirán a prevenir la infección. Es importante recordar a la población y al personal sanitario las medidas básicas para reducir el riesgo general de transmisión de infecciones respiratorias agudas, entre las que se pueden destacar las siguientes:
- Evitar el contacto directo con personas que padezcan sintomatología de infecciones respiratorias agudas (tos o estornudos), manteniendo con ellos una distancia prudencial de al menos 1 metro.
- Lavarse las manos con frecuencia con agua y jabón o soluciones hidroalcohólicas, especialmente después del contacto directo con personas enfermas o su entorno, antes de comer, y tras usar el baño, el trasporte público o tocar superficies sucias.
- Evitar tocarse ojos, nariz y boca con las manos.
- Las personas con síntomas de una infección respiratoria aguda deberían, por su parte, mantener cierta distancia con los demás, cubrirse nariz y boca con pañuelos desechables o ropa (con el codo flexionado) al estornudar o toser y lavarse las manos.
- Usar pañuelos desechables, y tirarlos tras su uso.
- En los centros de atención sanitaria, se debe incidir en la mejora de las prácticas habituales de prevención y control de infecciones, especialmente en las unidades de urgencias de hospitales.
- Solicitar asistencia médica en cuanto se detecten síntomas de infección respiratoria Estas medidas profilácticas, cuya importancia queda resaltada en muchos de los documentos divulgados por el Ministerio de Sanidad, serán útiles también para prevenir el contagio de otras enfermedades víricas estacionales como la gripe. Conviene subrayar también, tal y como indica el citado Ministerio, que la población general sana no necesita utilizar mascarillas, las cuales solo están recomendadas en situaciones muy concretas y para profesionales sanitarios en aquellas situaciones en las que se considere necesario por el riesgo de contacto con aerosoles contaminados. Además, un uso inadecuado de mascarillas puede contribuir a un desabastecimiento de las mismas en aquellas situaciones para las que están indicadas, como en pacientes inmunodeprimidos, con patologías respiratorias o alergias estacionales.
- Utilizar textiles desechables (a eliminar posteriormente como desecho clínico)
- Limpieza con el detergente habitual y desinfección con solución de hipoclorito sódico (lejía) con una concentración al 0,1%, etanol (alcohol etílico) al 62-71% o peróxido de hidrógeno (agua oxigenada) al 0,5%, que han demostrado la inactivación de los coronavirus al aplicarlos durante un minuto.
- Gestión de residuos Se recomienda que los residuos generados en la limpieza de la zona donde haya estado un caso sospechoso sean tratados de manera diferenciada de los residuos habituales de la farmacia. En estas situaciones lo recomendable es contactar con el Colegio Oficial de Farmacéuticos correspondiente que indicará el procedimiento como residuos biosanitarios especiales del Grupo III. De forma interesante, el Ministerio de Sanidad también publica en ese espacio diversos documentos técnicos de recomendable consulta, entre los que destacan:
Recomendaciones para la prevención y control de la infección en el manejo de pacientes con COVID-19: https://www.mscbs.gob.es/profesionales/saludPublica/ccayes/alertasActual/nCov-China/documentos/Documento_Control_Infeccion.pdf
Protocolo de manejo clínico de pacientes con enfermedad por el nuevo coronavirus: https://www.mscbs.gob.es/profesionales/saludPublica/ccayes/alertasActual/nCov-China/documentos/Protocolo_manejo_clinico_COVID-19.pdf
Información sobre áreas geográficas de riesgo con transmisión comunitaria: https://www.mscbs.gob.es/profesionales/saludPublica/ccayes/alertasActual/nCov-China/areas.htm
Enfermedades: El Coronavirus chino - COVID-19 (Actualización I)
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