Ningún cosmético que no pase los controles de seguridad vigentes sale al mercado. La aplicación de los estudios científicos en el mundo de la belleza es continua, aparecen nuevos ingredientes y se cuestionan otros por posible problemas con la salud o medioambiente. Están en entredicho los MOSH y MOAH, impurezas de los aceites minerales debidas a un deficiente refinado del petróleo, permitidas siembre que se conozca el historial completo de ese proceso y se verifique que el material de partida está exento de sustancias tóxicas o se compruebe que el producto destilado ha sido probado con métodos específicos contra propiedades cancerígenas, pero no son los únicos.
La voz de alarma sobre los riesgos para la salud de determinados ingredientes la emitió la OMS en 2013: "Existen muchas sustancias químicas sintéticas cuyos efectos sobre el sistema hormonal todavía están por investigar y podrían tener importantes repercusiones sobre la salud". Sus expertos estaban alertando sobre lo que la comunidad científica bautizó en los años 90 como disruptores endocrinos o contaminantes hormonales, presentes en el aire que respiramos, en los plaguicidas para aumentar el rendimiento agrario y en multitud de conservantes alimentarios, artículos textiles, productos de limpieza y cosméticos.
Los jabones, cremas, maquillajes, etc. pueden incluirlos con el fin de cuidar y embellecer, pero pueden causar ciertas patologías en la piel y órganos vitales: alergias más o menos severas, problemas respiratorios, cardiovasculares, neurológicos, etc.
Los EDC son un conjunto diverso y heterogéneo de compuestos químicos exógenos capaces de alterar la síntesis, liberación, transporte, metabolismo, enlace, acción o eliminación de las hormonas naturales del organismo (alteran el sistema hormonal de personas y animales). Los contaminantes hormonales presentes en las fórmulas cosméticas son elementos pseudopersistentes, lo que significa que no se acumulan en el tejido adiposo como los persistentes (aún más nocivos), pero si se repiten los mismos gestos jornada tras jornada (ducha, loción etc.), podrían acabar siendo persistentes y presentes en sangre y orina.
Hacen falta unos 20 años usando asiduamente un contaminante para detectar estos efectos que aún falta estudiar y aunque las leyes europeas ya se han hecho eco de las recomendaciones de la OMS y prohiben expresamente el uso cosmético de algunas sustancias clasificadas como carcinógenas, mutágenas o tóxicas, si admiten utilizar otras con restricciones de concentración y/o empleo. Sin embargo no se tiene en cuenta el efecto acumulativo de los cosméticos de uso cotidiano, el efecto cóctel resultante de combinar varios principios activos sospechosos en una misma fórmula.
En 2005 se puso en marcha el proyecto REACH (acrónimo de Registro, Evaluación y Autorización de Sustancias Químicas), liderado por la comunidad científica internacional, con el objetivo de analizar, estudiar, controlar y evaluar todas aquellas sustancias que estén o quieran estar en el mercado. En principio algunos científicos abogaban por incluir tres estudios básicos relacionados con la salud (el efecto cóctel, efecto tiempo y efecto acumulativo), pero al final no se aplicaron estas tres premisas, pero se creó una lista que aglutina todas las sustancias químicas que deben pasar por varios exámenes para poder comercializarse: toxicidad general, que indica hasta que punto es letal para el ser humano; la ecotoxicidad, lo mismo pero para la biodiversidad del planeta; y las propiedades físico-químicas como la seguridad, el punto de ebullición, contaminación, etc., pero igual no es suficiente.
Ante la ausencia legislativa hay organismos certificadores europeos como Ecocert, de forma que un cosmético natural será aquel que contenga un mínimo del 95% de sus ingredientes (incluyendo el agua) naturales o de origen natural, un 5% de sus componentes restantes pueden ser de síntesis, por ejemplo conservantes y como mínimo un 5% debe proceder de agricultura ecológica. Para ser bio o ecológico, duplica una cifra, un mínimo del 10% del total de ingredientes debe proceder de agricultura biológica.
La denominada cosmética fresca consiste en elaborar productos de cuidado e higiene hechos a mano, sin conservantes ni principios activos sintéticos, ni testados en animales (prohibidos en la UE) ni que provenga de ellos (salvo la miel); que respeten el medio ambiente, el criterio de comercio justo lo máximo posible, y con fecha de caducidad. Lo de desnuda procede de que más del 40% de sus productos, se venden sin envase y es una cosmética toxic free. El inconveniente es su corta fecha de caducidad.
Algunos de los nombres bajo vigilancia:
- Aluminio y derivados: Se absorbe vía oral y tópica. Su presencia más común es en ciertos antitranspirantes (clorhidrato de aluminio). Algunos estudios lo relacionan con el Alzheimer.
- Parabenos: Son los conservantes por autonomasia por su capacidad para impedir la proliferación de bacterias y microorganismos. Un estudio en Reino Unido en mujeres con cáncer de mama reveló la presencia de parabenos en el, 90% de los casos, aunque no se puede señalar un solo ingrediente como causante de cáncer. Estos compuestos pueden imitar el comportamiento de los estrógenos y favorecer el crecimiento de los tumores. Los más usados Methylparaben o e-218, ethylparaben o e-214, propylparaben o e-216, butylparaben o e-209.
- Aceites minerales procedentes del petróleo: Son los mencionados MOAH y MOSH. La asociación europea de fabricantes de cosméticos pide limitarla al 5%. Según la OCU, mirar la etiqueta y evitar: Cera microcristalina, Hydrogenated Polyisobutene, Ceressin, Ozoquerite, Petrolatum, Polyethilene, Polybutene, Synthetic wax
- Parafina: Derivado del petróleo presente en las cremas ya que proporciona a la piel un aspecto de suavidad y tersura. Sin embargo es oclusiva, tapona los poros e impide que la epidermis transpire. Es también la materia prima de la mayoría de las velas. Hay un estudio que asegura que sus gases al quemar producen cáncer. Sus nombres más frecuentes: Parafina, Paraffinum, Parafiffinum liquidum, Petrolatum, petroleum, Glicol Propileno y Vaselina.
- Ftalatos: Sustancias disolventes y suavizantes bastante comunes en cremas, esmalte de uñas, perfumes o lacas. En 2001 Europa prohibió su uso en juguetes susceptibles de que los bebés pudieran introducírselos en la boca, lo que daría una idea de su peligrosidad. Un estudio apuntó que la exposición prolongada estaría ligada a la aparición de anomalías genitales en los bebés varones. Los más comunes en las etiquetas: Dietilexiloftalato o DEHP, Butilbenziftalato o BBP, Dibutiftalato o DBP, Butildeciftalato o BDP, Diunddeciftalato o DUP.
- Derivados del formaldehido: El formol se usa como conservante. En 2004, la OMS lo incluyó en la lista de sustancias cancerígenas por aumentar el riesgo de cáncer de nasofaringe y leucemia. Se prohibe en fórmulas cosméticas, pero podría encontrar derivados con estos nombres: Ben-zylhemiformal, TosilamideFormaldehyderesin, 3 diol (Bronopol), 2-Bromo-2-nitropropa-ne-1, 5-Bromo-5-nitro-1, Diazolidin-yk urea, 3-dioxane, Quaternium-15, Methenamine, Imidazolidinyl urea, Sodium-Hydroxymethylglycinate, DMDM Hydantoin y sustancias que con el prefijo MDM, DM, DMDM, DMHF o DEMD
- PEG: El polietilenglicol (PEG) es una mezcla de compuestos, que actúa como emulsionante y humectante y es ingrediente estrella de champús. Su grado de peligrosidad depende sobretodo del resto de ingredientes, ya que los capta y hace que penetren. Uno de los más empleados el Sodium Laureth Sulfate, que se acumula (según un estudio) en el corazón, en el hígado, riñones y cerebro. Son: PEG + un número o sufijo TH (como Steareth o Laureth).
- Talco: Forma parte de maquillajes y polvos para bebés. También para lubricar preservativos, lo que provoca fibrosis en las trompas de falopio e infertilidad. Un estudio revelo que el utilizarlo en la zona genital de forma regular aumenta el riesgo de cáncer de ovarios hasta un 60% Al tapar los poros de la piel, predispone al acné, dermatitis, sarpullido, envejecimiento prematuro
- Triclosán: Se puede encontrar en jabones, dentríficos, polvos compactos, maquillajes y colutorios bucales. Su uso se restringió en 2014 por su acción contaminante hormonal. Sólo puede estar en una concentración del 0,3% en cosméticos y de un 0,2% en colutorios.
- Benzofenonas: Las Benzophenonas (Oxybenzone, benzophenone, methoxydebenzoyl-methane y dibenzoylmethane) son filtros solares que pueden tener un comportamiento cancerígeno y alérgico. Están muy vigilados por la FDA y la UEW por los posibles riesgos para la salud, y por la contaminación de las aguas cuando se utilizan en fotoprotectores. Otros nombre: Benzophenone-2, 4-methybenzyliden Camphor, ethyl-hexylcinnamate etc.
Cosmética con o sin...: Ingredientes cosméticos tóxicos
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