Noviembre en LugarSalud.: "La Masa muscular", "Actualización de Agentes antineoplásicos e inmunomoduladores II Parte 9", "Actualización de Órganos de los sentidos II" y "El Pelo graso"

domingo, 15 de septiembre de 2019

La Cosmética y la Polución Parte 1

El problema medioambiental más importante del planeta es la polución urbana. 
A diario, la piel batallea con un enemigo que la va envejeciendo (la polución).
Los científicos la han relacionado con trastornos respiratorios, menor esperanza de vida e incluso cáncer. Cada vez hay más cosméticos que prometen limpiar y proteger la epidermis y el cabello de los adversarios invisibles que habitan no solo el exterior de las grandes urbes, sino que se cuelan en hogares etc.. Se están llevando por delante la juventud de las pieles, además de causar otras patologías graves. Provienen de muchas fuentes, desde los rayos UV, el nivel de ozono, la emisión de gases, el humo del tabaco, la basura industrial, los productos de limpieza, el tráfico, las pinturas, la luz azul que emiten las pantallas de los dispositivos electrónicos (móviles, televisiones, ordenadores o tablets etc.).

Las que más afectan a la piel serían:
- HAPs o PAHs (Hidrocarburos Aromáticos Policíclicos) son micropartículas que provienen en su mayoría de la quema de combustible, en especial de los motores diesel. Pueden ser más pequeñas que un poro y debido a su naturaleza lipídica (grasa) afín a la piel, son capaces de atravesar la barrera cutánea.
- ROS (especies Reactivas de Oxígeno) que oxidan todas las células que se les ponen por delante.
- COV (Compuestos Orgánicos Volátiles) que son el azufre, monóxido de carbono, ozono y otros metales pesados generados por la industria y los tubos de escape de todo tipo de vehículos, incluidos los aviones (los más contaminantes).
- NO2 (Dióxido de Nitrógeno) es un tipo de COV presente en el humo del tabaco, pinturas, barnices, polvo e incluso algunos desodorantes en spray. Según un estudio se asocia significativamente con la aparición de manchas, sobre todo en las mejillas.
- PM (Material Particulado) que puede adherirse a moléculas más grandes.
- HEV (High Energy Visible Light), la luz azul proveniente de las pantallas de los dispositivos electrónicos, que aumenta la generación de radicales libres que favorecen la aparición de pequeñas arrugas y flacidez, además de reducir los niveles de vitaminas E y C y el aporte de de oxigeno, causantes del aspecto apagado y cetrino.

Las sustancias contaminantes, por su pequeño tamaño, penetran fácilmente en el interior de la dermis y la acaban dañando, en ocasiones de forma irreversible.

A corto plazo, estas son las consecuencias que provoca:
- Deshidratación, tacto seco y textura rugosa, debido a los daños causados en la barrera cutánea.
- Los poros se ven más dilatados por que la producción de grasa aumenta.
- El cutis tiene un aspecto grisáceo y apagado, ya que la baja calidad del aire disminuye el aporte de oxígeno a los tejidos
- Hay mayor tendencia a sufrir rojeces, por que ese exceso de producción de sebo que provoca la polución es ya irritante, pero además al disminuir los antioxidantes de la piel por el efecto de los contaminantes, esa grasa se oxida fácilmente
- Se agudizan problemas cutáneos como el acné, la psoriasis y la dematitis como consecuencia tanto del aumento de la producción de grasa como de la sequedad.

A largo plazo, las consecuencias de las exposiciones reiteradas a ambientes contaminados con altos niveles de radiación conducen a un envejecimiento prematuro de la piel y la fotoexposición a al aparición de cáncer cutáneo. Diversos estudios han demostrado que aumenta la sensibilidad cutánea y agrava gran parte de las patologías. Como efecto inmediato destacan la opacidad, deshidratación, textura rugosa y una sensación de tener una película de arena y polvo que hace que surja la necesidad de lavar el rostro a menudo. Otro miembro de la piel altamente perjudicado por la contaminación ambiental es la barrera cutánea y su flora cutánea (su equilibrio y diversidad es fundamental para tener una epidermis sana y protegida, tanto que después del manto hidrolipídico, se considera el segundo escudo protector de la piel). Siendo la polución uno de los factores externos que más le afectan negativamente, altera su equilibrio, disminuyendo su biodiversidad y haciendo que las bacterias buenas cedan su resistencia a las patógenas. Las micropartículas HAPs o PAHs son capaces de taponar los poros creando las condiciones perfectas para que crezca la Propionibacterium acnes, bacteria responsable del acné. Se ha demostrado que las PM 2.5 atraviesan fácilmente la piel y causan una gran variedad de impactos, algunas activan los melanocitos, aunque no reciban rayos UV, (que generan un exceso de melanina, y por tanto manchas en la zona de los pómulos y mejillas) y otras estimulan los mensajeros que hacen proliferar los vasos sanguíneos y ocasionan rojeces, irritaciones y rosácea.

Un estudio demuestra que la piel de los habitantes de las áreas contaminadas está mucho más deshidratada y que las PM emitidas por los vehículos diesel principalmente causan la inflamación de las células cutáneas. Cuando ésta se hace crónica, las enzimas encargadas de activar la reparación epidérmica se vuelven hiperactivas y en vez de ayudar a generar más colágeno lo deterioran o lo eliminan, dando lugar a la flacidez, lineas de expresión y arrugas. A esto se le une el estrés oxidativo provocado por los radicales libres, que no son exclusivos de la polución, pero sí aliados íntimos. La contaminación multiplica los efectos de la radiación UV de forma catalítica (fotocontaminación) y se cronifican los procesos inflamatorios.

Es fundamental, echar siempre una crema antes salir, la piel desnuda es más permeable a la entrada de contaminantes


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