Noviembre en LugarSalud.: "La Masa muscular", "Actualización de Agentes antineoplásicos e inmunomoduladores II Parte 9", "Actualización de Órganos de los sentidos II" y "El Pelo graso"

sábado, 7 de abril de 2018

Los Medicamentos y la Conducción Parte 2

Los grupos con mayor implicación son:
- Ansiolíticos/Hipnóticos
La mayoría de los medicamentos usados como hipnóticos o ansiolíticos son Benzodiazepinas o medicamentos que actúan farmacológicamente como ellas. 

Las Benzodiazepinas tienen las mismas acciones ansiolítica/hipnótica, relajante muscular y anticonvulsivante. Hay que considerar variaciones de intensidad y duración. Todas las Benzodiazepinas son ansiolíticas a dosis bajas e hipnóticas a dosis altas.
Son capaces de producir, incluso con dosis terapéuticas, importantes alteraciones psicomotrices y de alerta psicológica, especialmente en lo que se refiere al control de la posición lateral y el seguimiento de otros vehículos, así como a la capacidad para establecer distancias en movimiento y las facultades para realizar adecuadamente las maniobras de frenado, aceleración y dirección del vehículo, ralentizando la toma de decisiones en situaciones de emergencias.

El problema principal de las Benzodiazepinas de acción larga es la acumulación con la administración repetida, con sus consecuencias de sedación excesiva, propensión de accidentes, etc. Por el contrario, manifiestan en grado mínimo los efectos derivados de la privación o retirada (insomnio de rebote, ansiedad, reacciones de agresividad, síndrome de abstinencia), por que la lentitud de eliminación compensa en buena medida la suspensión brusca del tratamiento. Como en otros países se tiende al abandono de las Benzodiazepinas de acción larga, en favor de las de acción corta (semivida de 10-12 horas para ansiolítico y de 4 a 6 horas para hipnóticos). Esto ha tenido el resultado de minimizar los cuadros de sedación y somnolencia residual, y también disminuir la variabilidad de la respuesta en ancianos, ya que son fármacos que no suelen sufrir biotransformación en otros productos activos. En cambio, han adquirido prominencia los efectos adversos relacionados con los ascensos y descensos bruscos de los niveles plasmáticos: insomnio y ansiedad de rebote, síndrome de retirada, etc.

Los pacientes tratados con estos fármacos deberían evitar en lo posible la conducción de vehículos, especialmente durante las primeras horas de la mañana (por la somnolencia residual) y no ingerir bebidas alcohólicas. Teóricamente, los agentes hipnóticos de corta semivida de eliminación (Zolpidem, Triazolam, Midazolam, etc.) son menos susceptibles de provocar somnolencia residual, pero el riesgo no desaparece por completo.

- Analgésicos opiáceos
Los Analgésicos opiáceos son susceptibles de deteriorar la capacidad para conducir, con el agravante de que el paciente puede no ser consciente de ello. Este tipo de productos pueden producir somnolencia, disminución de la alerta psíquica e incluso vértigo. Por ello, las personas que utilizan terapeuticamente este tipo de medicamentos no deberían conducir vehículos. El problema suele estar en que los usuarios de Analgésicos opiáceos suelen requerir reajustes frecuentes de la dosis y esta variación su podría traducirse en alteraciones cognitivas sustanciales.

- Antidepresivos
La propia depresión puede afectar de forma negativa a la capacidad de conducción de los vehículos, e incluso, puede provocar comportamientos potencialmente peligrosos para sí mismos y para los demás. Sólo es aconsejable que los pacientes con depresión mayor conduzcan una vez que se ha estabilizado el tratamiento y obtenida una respuesta positiva al mismo, evaluada por el especialista.

Existen notables diferencias en el perfil de los efectos secundarios de los Antidepresivos tricíclicos y el de los Inhibidores de la recaptación de serotonina, de forma que es uno de los primeros criterios de selección. Se consideran a los Antidepresivos tríciclicos como los más problemáticos, debido a su amplio abanico de acciones farmacológicas, que se traducen en un no menos abanico de manifestaciones adversas. Muchas de ellas tienen una repercusión inmediata en la capacidad de conducción de los vehículo. La supresión radical del tratamiento con fármacos antidepresivos puede conducir a la aparición de una serie de efectos potencialmente graves. La incidencia de este tipo de efectos varía notablemente, aunque son más comunes e intensos tras periodos prolongados de tratamientos.


Medicamentos: Los Medicamentos y la Conducción Parte 2
Grupos de medicamentos: Otros
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