Hay que vigilar por si se dan otros síntomas: pequeñas ampollas o úlceras, cambios en el color de la piel, dolor, acorchamiento o sensación de hormigueo y si sucede con frecuencia o en épocas de calor.
Las manos y los pies están lejos del corazón y por ello, la sangre llega con más dificultad que al resto del cuerpo, por ello tardan más en entrar en calor cuando tenemos frio, además prácticamente no disponen de grasa ni pelos (dos sistemas de defensa contra las bajas temperaturas) por lo que su dificultad para mantenerse calientes es menor.
Hay personas que no consiguen tener los pies calientes ni con doble calcetín, lo que puede hacer sospechar que algo no va bien y pueden ser muchos los motivos:
- Hacer un repaso de los medicamentos que se están tomando, porque algunos de los que tratan la hipertensión, las migrañas o los resfriados pueden ser los causantes.
- Problemas circulatorios, no llega suficiente oxígeno y la probabilidad de tener los pies y las manos heladas aumenta.
Cuando se forman placas de grasa y otras sustancias (ateroma) en el interior de las venas y arterias, se reduce su diametro y la sangre no puede circular a través de ellos fluidamente, con lo que llega con dificultad hasta los dedos. Esto se le denomina como enfermedad vascular periférica o arteriopatía periférica (si afecta a las arterias) y los principales síntomas son: extremidades frías de color pálido y acompañadas de dolor o molestias en los músculos al caminar, cuando se realiza algún esfuerzo inusual con las manos o a la hora de practicar deporte. En casos extremos, los síntomas también aparecen mientras se está en reposo. Ciertos cambios en el estilo de vida es clave para resolver el problema:
+ Si tienes tensión elevada o el colesterol elevado, diabetes o problemas de corazón, es imprescindible que sigas los consejos que te ha dado tu médico para mantenerlos a raya.
+ Si fumas deja el tabaco cuanto antes ya que provoca que los vasos sanguineos se estrechen en un periodo de tiempo relativamebte corto
+ Caminar. Lo ideal es pasear 30-60 minutos al día, pero no hace falta que sean seguidos. Si aparece dolor descansar y reanudar la marcha cuando se esté mejor. Montar en bicicleta
+ Mantén el peso en valores adecuados, ya que el sobrepeso también influye de forma negativa en la circulación de la sangre
+ Utilizar zapatos de tu talla (que no estén pequeños) y calcetines que no se ajusten demasiado al tobillo (mejor sin goma) de lo contrario el paso de la sangre se verá comprometido y el frio sera mayor.
El masaje de los pies para mejorar el riego sanguíneo debería formar parte de la rutina diaria: Aplicar un poco de aceite de romero en las manos y hacer movimientos en sentido ascendente, empezando por el tobillo y subiendo hacia la rodilla, masajea suavemente la pantorrilla y sigue por la parte delantera de la pierna (presionar con los dedos para activar la circulación, pero sin causar dolor). Un masaje de 4 minutos al día por pierna es suficiente
- Estrés y ansiedad: Aunque no es un síntoma principal de la ansiedad, es posible que los sintamos helados cuando nos encontramos más nervioso de costumbre, ya que nuestro cuerpo se prepara para los posibles peligros que pueden acecharnos mediante la activación del sistema nervioso (que entre otras funciones regula la circulación sanguínea). Al sentirse amenazado redistribuye la sangre a los puntos más relacionados con la actividad física para poder defenderse, como el cerebro, y deja menos flujo en los dedos de las manos y de los pies.
- Fenómeno de Raynaud: Es un problema circulatorio de origen desconocido que afecta a casi el 5% de la población española y que se caracteriza por el bloqueo o estrechamiento de los vasos sanguíneos de los dedos (de las manos y los pies) en ambientes fríos.
Cuando se produce un cambio brusco de temperatura, algunas mujeres (sobre todo entre los 20 y los 40) y menos hombres, se quejan de que sus manos cambian de color en respuesta al frio, se quedan entumecidas o adormecidas cuando intentan calentarlas y en casos más graves, les salen pequeñas úlceras. A veces pueden verse afectadas las zonas más desprotejidas del cuerpo como las orejas, la nariz o los labios. Lo habitual es que en unos minutos vuelvan a su estado normal y que igual que aparece, desaparezca por si sola en unos años sin necesidad de tratamiento. No hay un medicamento específico para este trastorno y lo mejor es la prevención:
+ Abrigarse bien cuando haga frio, utiliza manoplas en lugar de guantes, calcetines gruesos de buena calidad (incluso ponerse dos pares). Cubrir la cabeza con gorros o sombreros
+ Poner la calefacción en casa y en el coche para mantener un clima cálido, con una temperatura constante
+ Evitar los cambios bruscos de temperatura: En el verano, alejarse del aire acondicionado. Si hay que sacar alimentos de la nevera o del congelador (en casa o al hacer la compra), ponerse manoplas de cocina o usa guantes. Tomar refrescos helados tambien puede desencadenar una crisis, para ello utilizar varias servilletas al cogen el vaso
+ Dormir con calcetines si lo necesitas, también se puede utilizar bolsa de agua caliente con precaución (para no quemarse)
- El sobrepeso causa problemas de salud pero un peso insuficiente tampoco conviene por que si la grasa disminuye en exceso, el mecanismo de regulación de la temperatura suele fallar. En este caso los platos calóricos (guisos de legumbres, cocidos etc.) ayudan a entrar en calor. Los alimentos ricos en omega 3 (como el pescado azúl) favorece el flujo sanguíneo.
- Trastornos del sistema nervioso: Cuando la sensación de tener las manos y los pies frios no se corresponde con el tacto, puede ser síntoma de la presencia de algún transtorno neurológico. Entre las causas que pueden dañar los nervios periféricos, algunas intoxicaciones por metales pesados, enfermedades autoinmunes, niveles bajos de vitaminas del grupo B, lesiones nerviosas por traumatismos directos o el consumo excesivo de alcohol. En estos caos el frío puede ir acompañado de dolor y sensación de ardor en los pies, junto con una disminución de la sensibilidad.
- Hipotiroidismo, pero en este caso tendrías también intolerancia generalizada a las bajas temperaturas, es decir se notaría contínuamente frío en todo el cuerpo. Cansancio extremo (incluso cuando has descansado), estar decaído o con bajo estado de ánimo, sufrir dolores articulares, problemas de concentración y más despistes de lo habitual
- Anemia: Tener el hierrro bajo es otra de las circunstancias que pueden influir. Síntomas como palidez, cansancio, mareos, respiración dificultosa, debilidad en pelo y uñas son síntomas característicos de la anemia ferropénica. Lo habitual es que el médico recete un suplemento y aparte también te puede ayudar el consumir alimentos ricos en hierro como verduras de hoja verde, carne roja (ternera), mariscos de concha, frutos secos, legumbres, etc.
- Magnesio es clave para que la sangre fluya bien. Para prevenir el déficit, incluir en la dieta espinacas, acelga, brócoli, aguacate, lácteos fermentados, salvado de trigo, almendras, chocolate negro, pipas de calabaza y girasol y semillas de sésamo y lino.
- Diabetes. Un exceso de azúcar en sangre a veces daña los nervios periféricos (lo que se conoce como neuropatía) y provoca una pérdida de sensibilidad al frio. Además el azúcar endurece los vasos sanguíneos y causan problemas circulatorios que pueden afectar a los pies. Controlar la glucosa bajo la supervisión del médico y seguir una dieta adecuada es fundamental para prevenir este problema.
Hay personas que no consiguen tener los pies calientes ni con doble calcetín, lo que puede hacer sospechar que algo no va bien y pueden ser muchos los motivos:
- Hacer un repaso de los medicamentos que se están tomando, porque algunos de los que tratan la hipertensión, las migrañas o los resfriados pueden ser los causantes.
- Problemas circulatorios, no llega suficiente oxígeno y la probabilidad de tener los pies y las manos heladas aumenta.
Cuando se forman placas de grasa y otras sustancias (ateroma) en el interior de las venas y arterias, se reduce su diametro y la sangre no puede circular a través de ellos fluidamente, con lo que llega con dificultad hasta los dedos. Esto se le denomina como enfermedad vascular periférica o arteriopatía periférica (si afecta a las arterias) y los principales síntomas son: extremidades frías de color pálido y acompañadas de dolor o molestias en los músculos al caminar, cuando se realiza algún esfuerzo inusual con las manos o a la hora de practicar deporte. En casos extremos, los síntomas también aparecen mientras se está en reposo. Ciertos cambios en el estilo de vida es clave para resolver el problema:
+ Si tienes tensión elevada o el colesterol elevado, diabetes o problemas de corazón, es imprescindible que sigas los consejos que te ha dado tu médico para mantenerlos a raya.
+ Si fumas deja el tabaco cuanto antes ya que provoca que los vasos sanguineos se estrechen en un periodo de tiempo relativamebte corto
+ Caminar. Lo ideal es pasear 30-60 minutos al día, pero no hace falta que sean seguidos. Si aparece dolor descansar y reanudar la marcha cuando se esté mejor. Montar en bicicleta
+ Mantén el peso en valores adecuados, ya que el sobrepeso también influye de forma negativa en la circulación de la sangre
+ Utilizar zapatos de tu talla (que no estén pequeños) y calcetines que no se ajusten demasiado al tobillo (mejor sin goma) de lo contrario el paso de la sangre se verá comprometido y el frio sera mayor.
El masaje de los pies para mejorar el riego sanguíneo debería formar parte de la rutina diaria: Aplicar un poco de aceite de romero en las manos y hacer movimientos en sentido ascendente, empezando por el tobillo y subiendo hacia la rodilla, masajea suavemente la pantorrilla y sigue por la parte delantera de la pierna (presionar con los dedos para activar la circulación, pero sin causar dolor). Un masaje de 4 minutos al día por pierna es suficiente
- Estrés y ansiedad: Aunque no es un síntoma principal de la ansiedad, es posible que los sintamos helados cuando nos encontramos más nervioso de costumbre, ya que nuestro cuerpo se prepara para los posibles peligros que pueden acecharnos mediante la activación del sistema nervioso (que entre otras funciones regula la circulación sanguínea). Al sentirse amenazado redistribuye la sangre a los puntos más relacionados con la actividad física para poder defenderse, como el cerebro, y deja menos flujo en los dedos de las manos y de los pies.
- Fenómeno de Raynaud: Es un problema circulatorio de origen desconocido que afecta a casi el 5% de la población española y que se caracteriza por el bloqueo o estrechamiento de los vasos sanguíneos de los dedos (de las manos y los pies) en ambientes fríos.
Cuando se produce un cambio brusco de temperatura, algunas mujeres (sobre todo entre los 20 y los 40) y menos hombres, se quejan de que sus manos cambian de color en respuesta al frio, se quedan entumecidas o adormecidas cuando intentan calentarlas y en casos más graves, les salen pequeñas úlceras. A veces pueden verse afectadas las zonas más desprotejidas del cuerpo como las orejas, la nariz o los labios. Lo habitual es que en unos minutos vuelvan a su estado normal y que igual que aparece, desaparezca por si sola en unos años sin necesidad de tratamiento. No hay un medicamento específico para este trastorno y lo mejor es la prevención:
+ Abrigarse bien cuando haga frio, utiliza manoplas en lugar de guantes, calcetines gruesos de buena calidad (incluso ponerse dos pares). Cubrir la cabeza con gorros o sombreros
+ Poner la calefacción en casa y en el coche para mantener un clima cálido, con una temperatura constante
+ Evitar los cambios bruscos de temperatura: En el verano, alejarse del aire acondicionado. Si hay que sacar alimentos de la nevera o del congelador (en casa o al hacer la compra), ponerse manoplas de cocina o usa guantes. Tomar refrescos helados tambien puede desencadenar una crisis, para ello utilizar varias servilletas al cogen el vaso
+ Dormir con calcetines si lo necesitas, también se puede utilizar bolsa de agua caliente con precaución (para no quemarse)
- El sobrepeso causa problemas de salud pero un peso insuficiente tampoco conviene por que si la grasa disminuye en exceso, el mecanismo de regulación de la temperatura suele fallar. En este caso los platos calóricos (guisos de legumbres, cocidos etc.) ayudan a entrar en calor. Los alimentos ricos en omega 3 (como el pescado azúl) favorece el flujo sanguíneo.
- Trastornos del sistema nervioso: Cuando la sensación de tener las manos y los pies frios no se corresponde con el tacto, puede ser síntoma de la presencia de algún transtorno neurológico. Entre las causas que pueden dañar los nervios periféricos, algunas intoxicaciones por metales pesados, enfermedades autoinmunes, niveles bajos de vitaminas del grupo B, lesiones nerviosas por traumatismos directos o el consumo excesivo de alcohol. En estos caos el frío puede ir acompañado de dolor y sensación de ardor en los pies, junto con una disminución de la sensibilidad.
- Hipotiroidismo, pero en este caso tendrías también intolerancia generalizada a las bajas temperaturas, es decir se notaría contínuamente frío en todo el cuerpo. Cansancio extremo (incluso cuando has descansado), estar decaído o con bajo estado de ánimo, sufrir dolores articulares, problemas de concentración y más despistes de lo habitual
- Anemia: Tener el hierrro bajo es otra de las circunstancias que pueden influir. Síntomas como palidez, cansancio, mareos, respiración dificultosa, debilidad en pelo y uñas son síntomas característicos de la anemia ferropénica. Lo habitual es que el médico recete un suplemento y aparte también te puede ayudar el consumir alimentos ricos en hierro como verduras de hoja verde, carne roja (ternera), mariscos de concha, frutos secos, legumbres, etc.
- Magnesio es clave para que la sangre fluya bien. Para prevenir el déficit, incluir en la dieta espinacas, acelga, brócoli, aguacate, lácteos fermentados, salvado de trigo, almendras, chocolate negro, pipas de calabaza y girasol y semillas de sésamo y lino.
- Diabetes. Un exceso de azúcar en sangre a veces daña los nervios periféricos (lo que se conoce como neuropatía) y provoca una pérdida de sensibilidad al frio. Además el azúcar endurece los vasos sanguíneos y causan problemas circulatorios que pueden afectar a los pies. Controlar la glucosa bajo la supervisión del médico y seguir una dieta adecuada es fundamental para prevenir este problema.
Enfermedades: Los Pies y las manos frías
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