Son tres los parámetros que permiten diferenciar entre si los numerosos corticoides comercializados: potencia, duración de acción y actividad mineral corticoide:
- La potencia no es un factor que deba tener demasiada influencia en la elección de un corticosteroide. Las dosis se ajustan para compensar las diferencias de actividad. A las dosis terapéuticas usuales todos los corticoides tienen el mismo efecto y deben considerarse equivalentes.
- La duración de acción tiene más importancia:
+ Debe seleccionarse productos de acción corta o intermedia:
++ El tratamiento de urgencia o en casos agudos. Los casos agudos responden mejor a varias dosis divididas durante el día que a uno de larga duración
++ El tratamiento de sustitución o restauración de insuficiencias endocrinas. Es preferible usar derivados y pautas de dosificación que emulen en lo posible los efectos de la secreción natural.
++ En terapias en días alternos, usados para evitar la atrofia hipotalámico-hipofisiaria-adrenal que se produce en tratamientos continuados. La clave de esta terapia está en elegir un corticoide que mantenga el efecto terapéutico durante prácticamente dos días, pero que no inhibe el eje hipotalámico-hipofisiario-adrenal durante más de un día y medio. Se suelen usar prednisona, prednisolona o metilprednisolona.
+ Son recomendables los productos de acción larga: En tratamientos crónicos de cuadros que no responden adecuadamente a terapias de días alternos. Tal es el caso de la artritis reumatoide y colitis ulcerosa, donde en muchas ocasiones es imposible controlar la sintomatología con tratamientos intermitentes y precisan de administración diaria. En cuadros en los que el efecto determinante del uso sea el efecto inmunosupresor, se requieren derivados de acción potente y prolongada. Es preferible la vía oral en lugar de la inyección IM, ya que la primera permite una mejor regulación de la respuesta terapéutica y del cociente beneficio-riesgo, y además produce una menor supresión del eje hipotalámico-hipofisario-adrenal
- La acción mineral corticoide debe tenerse también muy en cuenta. Por lo general, cuando se utilizan por el efecto antiinflamatorio o inmunosupresor, es preferible que el compuesto elegido tenga la menor actividad mineralcorticoide posible, aunque los preparados con acción mineralcorticoide media (hidrocortisona y cortisona) son perfectamente válidos en tratamientos de corta duración en pacientes que no tengan características especiales de riesgo, como hipertensión, edema, insuficiencia cardiáca congestiva, etc.
Los derivados de acción mineralcorticoide alta (fludrocortisona) no se deben emplear como antiinflamatorios. Se utilizan sobre todo en terapias de sustitución de insuficiencias endocrinas, donde es necesario suplir a la Aldosterona además de a la Cortisona. Por ejemplo en insuficiencia adrenocortical primaria se suele usar una combinación de Hidrocortisona y Fludrocortisona
- La duración de acción tiene más importancia:
+ Debe seleccionarse productos de acción corta o intermedia:
++ El tratamiento de urgencia o en casos agudos. Los casos agudos responden mejor a varias dosis divididas durante el día que a uno de larga duración
++ El tratamiento de sustitución o restauración de insuficiencias endocrinas. Es preferible usar derivados y pautas de dosificación que emulen en lo posible los efectos de la secreción natural.
++ En terapias en días alternos, usados para evitar la atrofia hipotalámico-hipofisiaria-adrenal que se produce en tratamientos continuados. La clave de esta terapia está en elegir un corticoide que mantenga el efecto terapéutico durante prácticamente dos días, pero que no inhibe el eje hipotalámico-hipofisiario-adrenal durante más de un día y medio. Se suelen usar prednisona, prednisolona o metilprednisolona.
+ Son recomendables los productos de acción larga: En tratamientos crónicos de cuadros que no responden adecuadamente a terapias de días alternos. Tal es el caso de la artritis reumatoide y colitis ulcerosa, donde en muchas ocasiones es imposible controlar la sintomatología con tratamientos intermitentes y precisan de administración diaria. En cuadros en los que el efecto determinante del uso sea el efecto inmunosupresor, se requieren derivados de acción potente y prolongada. Es preferible la vía oral en lugar de la inyección IM, ya que la primera permite una mejor regulación de la respuesta terapéutica y del cociente beneficio-riesgo, y además produce una menor supresión del eje hipotalámico-hipofisario-adrenal
- La acción mineral corticoide debe tenerse también muy en cuenta. Por lo general, cuando se utilizan por el efecto antiinflamatorio o inmunosupresor, es preferible que el compuesto elegido tenga la menor actividad mineralcorticoide posible, aunque los preparados con acción mineralcorticoide media (hidrocortisona y cortisona) son perfectamente válidos en tratamientos de corta duración en pacientes que no tengan características especiales de riesgo, como hipertensión, edema, insuficiencia cardiáca congestiva, etc.
Los derivados de acción mineralcorticoide alta (fludrocortisona) no se deben emplear como antiinflamatorios. Se utilizan sobre todo en terapias de sustitución de insuficiencias endocrinas, donde es necesario suplir a la Aldosterona además de a la Cortisona. Por ejemplo en insuficiencia adrenocortical primaria se suele usar una combinación de Hidrocortisona y Fludrocortisona
Medicamentos: Corticosteroides para uso sistémico Parte 2
Grupos de medicamentos: Hormonas sistémicas
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