La piel tiene muchas bacterias por centímetro cuadrado y con una diversidad variada. Las bacterias dependen de factores como la genética, la salud, la dieta, los agentes ambientales y la edad. Cada persona tiene su perfil de bacterias que intervienen en la producción de olor. Estas evolucionan a lo largo de la vida, evolucionando nuestro olor también.
El sudor es secretado por las glándulas apocrinas y las glándulas ecrinas. Las glándulas apocrinas producen sebo en los folículos pilosos. Se encuentran debajo de los brazos, en el área genital, alrededor del ano y alrededor de los pezones. Las glándulas ecrinas secretan sudor directamente sobre la piel. Están en casi toda la piel. El sudor secretado por dichas glándulas no desprende mal olor hasta que lo descomponen las bacterias y los hongos que normalmente residen en la piel. Tras la descomposición, el olor se vuelve fétido.En los humanos el olor emana de la interacción entre las glándulas ecrinas, sebáceas y apocrinas, responsables de segregar sustancias como el sudor, sebo y ácidos grasos, que al degradarse por las bacterias de la piel, desprenden componentes volátiles como alcoholes, cetonas y aldehidos que constituyen la fragancia de cada uno.
Por lo visto el olor corporal es más intenso en los hombres de mediana edad, que en los muy jóvenes y muy mayores
El olor corporal excesivo o anómalo (bromhidrosis) es consecuencia de la degradación del sudor causada por las bacterias y los hongos que normalmente viven en la piel. La bromhidrosis aparece por falta de higiene de la piel y de la ropa. También puede ocurrir después de comer o beber ciertos alimentos (como curry, ajo, cebolla y alcohol) y tomar ciertos medicamentos (como la penicilina). La bromhidrosis se produce con más facilidad en las personas que sudan en exceso.
Suele ser suficiente con lavarse dos veces diarias con agua y jabón para eliminar las bacterias y los hongos que causan el mal olor. En algunos casos puede ser necesario lavarse con un jabón antiséptico durante algunos días, y puede combinarse con la aplicación de cremas antibacterianas que contengan clindamicina o eritromicina. También suele ser útil afeitarse el vello de las axilas para controlar el olor. La ropa también debe lavarse con frecuencia. Para enmascarar los olores, se pueden probar desodorantes o antitranspirantes (que disminuyen la excreción de sudor).
Enfermedades: El Olor corporal excesivo (Bromhidrosis)
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