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sábado, 7 de enero de 2017

La Hipertensión arterial, tratamientos con Plantas medicinales Parte 1

La hipertensión arterial es una enfermedad muy frecuente y requiere cambios en los hábitos del paciente. Por ello, es fundamental que el paciente comprenda su situación para prevenir futuros problemas. 
La presión arterial mide la fuerza con la que la sangre fluye por las arterias y sirve para conocer la salud del corazón y del sistema circulatorio.

El corazón al bombear realiza dos movimientos: diástole (contracción) y sístole (relajación). Por eso la presión se mide mide con dos cifras:
- Presión diastólica o alta: momento de mayor presión cuando el corazón bombea.
- Presió sistólica o baja: momento de menor presión (cuando el corazón se relaja).
El corazón se esfueza más, aumenta su masa muscular y aparecen desequilibrio en su funcionamiento. Las arterias pueden acumular colesterol (arterioesclerosis) o coágulos (trombosis), que dificultan el flujo de la sangre a los órganos.

Aunque la hipertensión arterial no puede ser curada, puede ser controlada cambiando el estilo de vida inmediatamente, tomando la medicación recomendada por el médico inmediatamente y realizar mediciones habituales de su presión arterial.
Es una enfermedad de aparición lenta y progresiva. Se produce un aumento de la presión que ejerce la sangre sobre las arteria de forma que el corazón se ve obligado a trabajar en unas condiciones de mayor energía que al mantenerse de manera  constante, obligan a un agrandamiento cardiaco (hipertrofia) y posteriormente a un fracaso del corazón como bomba (fallo cardiaco).
De esta forma se produce una situación de debilidad ante la actividad física que, según avanza, puede causar fatiga de mínimos esfuerzos y hasta de reposo, con la formación de edemas en las extremidades y encharcamiento pulmonar.
La presión incrementada y constante ejercida sobre las arterias, favorece el endurecimiento de las paredes de los vasos, con la consiguiente acumulación de placas de colesterol (arteriosclerosis) que facilitan la aparición de infartos en el corazón y en el cerebro, entre otros lugares del organismo.
Puede tratarse de un mal silencioso, ya que puede no mostrar síntomas y soportar esa situación durante un largo espacio de tiempo.
Existe la denominada hipertesión de bata blanca que es cuando las cifras de tensión son normales en casa y altas en la consulta.
Debe tenerse en cuenta también que la tensión arterial disminuye entre las 6 de la tarde y las 2 de la madrugada (a esto se le conoce como reserva hemodinámica, que indica la capacidad del sistema cardiovascular de adaptarse a las condiciones específicas del descanso nocturno). Los pacientes que no presentan esta caída de la presión arterial durante la noche se denominan "nondippers" y presentan un mayor riesgo cardiovascular. Por el contrario los "dippers" son las personas con buena reserva hemodinámica y la reducción de la presión arterial va seguido de un rápido incremento de los valores y de la frecuencia cardiaca (así como de la agregabilidad plaquetaria) entre dos horas antes de despertar y hasta las doce de la mañana. Dado que estas dos condiciones se asocian a una mayor incidencia de ictus, infarto de miocardio, insuficiencia cardiaca y muerte súbita, se pone de relieve la necesidad de utilizar medicamentos antihipertensivos que permitan controlar la presión arterial durante las 24 horas del día o administrar al menos, uno de los fármacos antihipertensivos antes de acostarse (que permite además, disminuir la incidencia de reacciones adversas relacionadas con el ortostatismo).
Es recomendable utilizar dispositivos que eviten el efecto de "bata blanca", que tengan una mayor reproductividad, que permitan estudiar la variabilidad de la presión arterial y en concreto los cambios a lo largo del día, como puede ser la Monitorización Ambulatoria de la Presión Arterial.
Los grupos de riesgo son:
- Pacientes de accidente cerebrovascular
- Personas mayores de 40 años
- Mujeres embarazadas

Recomendaciones
1. Reducir el estrés: tanto emocional como ambiental
2. Ejercicio físico adecuado: Realizar actividad aeróbica e isotónica de manera regular (como andar, correr, nadar etc.) Por ejemplo, andar a ritmo moderado o medio durante unos 30 ó 45 minutos entre 3 y 5 veces por semana. Esta medida sirve tanto para la hipertensión como para controlar factores de riesgo cardiovascular como el sobrepeso y el nivel de estrés. Si debes estar mucho tiempo sentado, levántate cada media hora y camina 3 minutos a paso ligero. 
3. Control del peso corporal (evitar el sobrepeso). Ya que el corazón de una persona con sobrepeso debe realizar un trabajo extra para mantener un adecuado volumen circulatorio. La pérdida de peso puede potenciar los efectos de disminución de la presión arterial de los medicamentos y puede disminuir otros factores de riesgo cardiovascular, como unos niveles excesivos de colesterol, triglicéridos y azúcar.
4. Supresión del hábito de fumar. Ya que aumenta la presión arterial y es un factor de riego para las enfermedades cardiovasculares. Sólo 10 años después de haber dejado de fumar, se tiene el mismo riesgo de muerte por enfermedad cardiaca que una persona que no ha fumado nunca. Además el tabaco puede reducir el efecto de algunos medicamentos antihipertensivos.
5. Consumo moderado de alcohol. Ya que el alcohol en exceso puede aumentar el nivel de presión arterial, contribuyendo a aumentar el peso y a dificultar el efecto de la medicación sobre la disminución de la presión, entre otras cosas. Por lo que si se tiene presión arterial elevada es recomendable no consumir alcohol.
6. Reducción de la ingesta de sodio y grasas (especialmente saturadas) en la dieta. Ojo con los excesos. No añadir sal a la comida, utilizar hierbas, limón, pimienta y otras especias, para potenciar el sabor. Reducir el consumo de embutidos, conservas, salazones, alimentos precocinados, etc. Una dieta rica en grasa es un factor de riesgo para las enfermedades cardiovasculares, se debe reducir el consumo de carnes rojas, dulces industriales y huevos. Debe incrementar la ingesta de calcio, magnesio y potasio y seguir una dieta rica en hortalizas, verdura, pescado, aves, nueces y fibra. Tomar zumo de arándanos como hábito, consigue reducir en 5 mmHg la presión arterial. Incluye alimentos con zinc en cada comida, para que los riñones eliminen con más facilidad el sodio, los aportan las almejas, la carne de cerdo, el cacao, la levadura de cerveza, etc.. Que no falten los nitratos de origen vegetal (rúcula, acelgas, etc.) para que tu cuerpo genere óxido nítrico, un gas que dilata las arterias (su déficit origina hipertensión).
7. Estilo de vida cardiosaludable: vida activa y dieta equilibrada.
8. Mide tu tensión regularmente. Si necesitas consultar a menudo tu presión y frecuencia cardiacas, los tensiómetros domésticos son un método rápido y fácil de usar. Según la Fundación Española del Corazón, es preferible elegir los aparatos de brazo o dedo (pulsioxímetros), usarlos antes de desayunar o acostarse, y reposar sentado cinco minutos antes de cada medición.. Si res hipertensivo y te cuidas, basta con que te tomes la presión una o dos veces por semana Los valores de tensió  más altos se producen por la mañana, después bajan durante el día y vuelven a subir aunque no tanto, por la tarde. La mejor hora para medirla en casa es por la mañana.
9. No desatender la boca, u estudio ha demostrado que los problemas de encías (enfermedad periodontal) reducen la eficacia de los medicamentos para la hipertensión.
10. Buscar un seguimiento médico profesional.
11. Seguimiento estricto del tratamiento, si está tomando algún medicamento para la tensión.

El riesgo de una crisis hipertensiva:
- Factor sorpresa: El corazón y el cerebro se autorregulan para trabajar a un ritmo de hipertensión arterial determinado, si hay subidas bruscas estas cogen por sorpresa al sistema vascular, tanto cerebral como cardiaco.
- Cuando no son picos excesivos, las primeras veces no suponen un riesgo excesivo, pero si se ven repitiendo si logran dañarlos
- Si son muy altos, pueden dar lugar a una crisis hipertensiva (tensión superior a 180 mmHg) y las consecuencias variarán en función del estado de salud de cada uno.

Aunque los valores sean normales, hay situaciones que pueden provocarla: Una crisis de ansiedad, el dolor por ejemplo de un cólico nefrítico, el exceso de sal. La ventaja es que vuelve a la normalidad cuando se supera el evento, pero si estas situaciones se repiten, al final el sistema cardiovascular se altera y puede aparecer hipertensión. 

Si no tienes diabetes, ni colesterol, ni obesidad (es decir, no sufres ningún factor de riesgo cardiovascular y además, tienes menos de 40 años y practicas ejercicio regularmente, el médico prescribirá una dieta específica para hipertensos y con esto bastará. Esto no significa que debas comer todo sin sal, pero si conviene que reduzcas el uso del salero en la comida, por ejemplo, puedes aderezar con especias y sobre todo limitar los productos muy ricos en sodio (aceitunas, embutidos, encurtidos, ahumados y otros procesados, quesos manchegos, salsa de soja. En stos pacientes, hasta que no supera los 150 mmHg de presión sistólica, no se plantea dar una mediación sino controlarla con alimentación.
Si la tensión se suma a alguno de los otros factores se suela dar medicación cuando la máxima supera los 140 mmHg.

La mejor hora para tomar el medicamento, es por la noche. Se suelen utilizar tres tipos de medicamentos: diuréticos (ayudan a los riñones a eliminar el sodio), inhibidores IECA y bloqueadores de calcio (relajan los vasos sanguíneos por diversos mecanismos). Si con los tres tipos de medicamentos no se consigue bajar la presión sanguínea, habría que realizar un estudio exhaustivo para descartar que no sea una hipertensión resultante de otra enfermedad. La preferencia al elegir un medicamento u otro depende de:
- Si es un mujer menopáusica se emplea diurético, etapa en la que se retienen líquidos. Si es hombre en etapa fértil, se evita este fármaco (también el betabloqueante), por que se asocia a disfunción eréctil.
- Los betabloqueantes suelen producir edema en las piernas, por lo que se evitan en pacientes sensibles a este tipo de medicamentos.
Los inhibidores IECA dan tos, en cuyo caso buscar otras alternativas.
Hay que tener en cuenta que si se están tomando fármacos para la tensión no se puede recurrir a los AINEs como el ibuprofeno más de 5 días porque anulan el efecto de la medicación. En su lugar paracetamol o metamizol, que tienen efecto analgésico. También ácido acetilsalicílico en dosis bajas. Tampoco los preparados efervescentes que llevan mucha sal.

En caso de hipertensión resistente, es decir cuando resulta imposible reducir la tensión mediante fármacos, se pueden valorar otras opciones como la denervación renal. Consiste en colocar un catéter mediante una cirugía mínimamente invasiva, que emite pequeñas descargas en las arterias renales principales. El principal objetivo es desactivar los nervios renales que pasan justo por la pared de estas arterias y con ello baja la presión sanguínea. Si además hay obesidad, la cirugía bariátrica también ha demostrado su eficacia para reducir la hipertensión 

Plantas medicinales, tratamientos de enfermedades: La Hipertensión arterial, monográficos Parte 1
Plantas medicinales, tratamientos de enfermedades
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