Retrasan la desmineralización. El mecanismo no se conoce bien, pero se cree que es una relación directa sobre el hueso porque se han descubierto receptores de estrógenos en los osteoblastos.
La Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios, siguiendo las recomendaciones del Comité de Seguridad de Medicamentos de Uso Humano, decidió modificar en 2004 las condiciones de autorización de todas las especialidades farmacéuticas que contienen terapia hormonal de sustitución (THS) y en lo referente a su utilización en osteoporosis, se afirma que el balance beneficio/riesgo de la THS se considera desfavorable para la prevención de osteoporosis como tratamiento de primera línea a largo plazo. Por tanto, a pesar de la efectividad de la THS en la prevención de la osteoporosis, el riego para su uso a largo plazo hace que la THS no deba contemplarse como terapia de primera linea en la prevención de la osteoporosis. La THS se mantiene como una opción para mujeres postmenopaúsicas con elevado riesgo de fracturas que no respondan o no toleren otros tratamientos alternativos para la prevención de osteoporosis o en las que los tratamientos alternativos no estén indicados. En estos casos deben de valorarse minuciosamente los posibles beneficios frente a riesgos potenciales antes de comenzar el tratamiento.
En el 2008 el Comité de Seguridad de Medicamentos de Uso Humano re-evaluó el balance de beneficio/riesgo de la THS en mujeres peri y postmenopaúsicas, llegando a la conclusión de que los nuevos datos no hacen necesario modificar las recomendaciones de uso emitidas en el 2004
Moduladores de receptores estrogénicos
Retrasan la desmineralización ósea. Se han descubierto dos receptores de estrógenos, el alfa y el beta, que se encuentran en diferentes concentraciones y localizaciones en los diferentes tejidos del organismo. A nivel óseo, los Rbeta se encuentran principalmente en el hueso esponjoso en el desarrollo, mientras que los Ralfa se concentran en mayor medida en el hueso cortical. Estos receptores tienen diferencias estructurales y funcionales, lo que determina la diferente afinidad y actividad de diferentes fármacos sobre ellos. Los utilizados en osteoporosis producen efectos estrogénicos típicos sobre el hueso, reduciendo la reabsorción y el ciclo metabólico total del hueso. En los tejidos mamario y uterino, sin embargo producen efectos antiestrógenicos, aunque esto se traduce en un efecto uterotrófico de escasa entidad.
El primero de este tipo de fármacos en ser comerciaizado fue el Raloxifeno, posteriormente aparecio el Bazedoxifeno. En los estudios a 24 menses muestran incrementos del 1-2% en la densidad mineral ósea (DMO) en espina lumbar y algo mayores en otras localizaciones. Han demostrado reducir la incidencia de fracturas óseas, tanto vertebrales como no vertebrales, aunque los mejores resultados se obtienen en mujeres de alto riesgo. También pueden producir modificaciones en los marcadores biológicos del ciclo óseo similares a los obtenidos con estrógenos. produce efectos favorables sobre los lípidos plasmáticos, aunque menos marcados que los conseguidos con estrógenos, especialmente en lo que se refiere a HDL
Los SERM son una interesante alternativa a los Estrógenos (no producen estimulación mamaria ni endometrial, no asociándose a riesgo de cánceres ginecológicos), con efectos sobre la densidad mineral ósea menos marcados que los Bifosfonatos, la Hormona paratiroidea o el Estroncio, pero con un perfil más beneficioso que estos últimos sobre los lípidos sanguíneos.
En el 2008 el Comité de Seguridad de Medicamentos de Uso Humano re-evaluó el balance de beneficio/riesgo de la THS en mujeres peri y postmenopaúsicas, llegando a la conclusión de que los nuevos datos no hacen necesario modificar las recomendaciones de uso emitidas en el 2004
Moduladores de receptores estrogénicos
Retrasan la desmineralización ósea. Se han descubierto dos receptores de estrógenos, el alfa y el beta, que se encuentran en diferentes concentraciones y localizaciones en los diferentes tejidos del organismo. A nivel óseo, los Rbeta se encuentran principalmente en el hueso esponjoso en el desarrollo, mientras que los Ralfa se concentran en mayor medida en el hueso cortical. Estos receptores tienen diferencias estructurales y funcionales, lo que determina la diferente afinidad y actividad de diferentes fármacos sobre ellos. Los utilizados en osteoporosis producen efectos estrogénicos típicos sobre el hueso, reduciendo la reabsorción y el ciclo metabólico total del hueso. En los tejidos mamario y uterino, sin embargo producen efectos antiestrógenicos, aunque esto se traduce en un efecto uterotrófico de escasa entidad.
El primero de este tipo de fármacos en ser comerciaizado fue el Raloxifeno, posteriormente aparecio el Bazedoxifeno. En los estudios a 24 menses muestran incrementos del 1-2% en la densidad mineral ósea (DMO) en espina lumbar y algo mayores en otras localizaciones. Han demostrado reducir la incidencia de fracturas óseas, tanto vertebrales como no vertebrales, aunque los mejores resultados se obtienen en mujeres de alto riesgo. También pueden producir modificaciones en los marcadores biológicos del ciclo óseo similares a los obtenidos con estrógenos. produce efectos favorables sobre los lípidos plasmáticos, aunque menos marcados que los conseguidos con estrógenos, especialmente en lo que se refiere a HDL
Los SERM son una interesante alternativa a los Estrógenos (no producen estimulación mamaria ni endometrial, no asociándose a riesgo de cánceres ginecológicos), con efectos sobre la densidad mineral ósea menos marcados que los Bifosfonatos, la Hormona paratiroidea o el Estroncio, pero con un perfil más beneficioso que estos últimos sobre los lípidos sanguíneos.
Medicamentos: Tratamiento de la osteoporosis Parte 2
Grupos de medicamentos: Hormonas sistémicas
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