Abril en LugarSalud.: "La Alopecia Parte 2", "Actualización de Agentes antineoplásicos e inmunomoduladores II Parte 16 y 17" y "+ Osteoporosis Parte 2"

sábado, 15 de marzo de 2025

El Dolor

Los opioides son los fármacos más usados contra el dolor persistente no oncológico y parece que no logran a largo plazo mejorar al paciente ni aumentar la calidad de vida del paciente.
La Universidad de Colorado (EEUU) ha demostrado que nuestro cuerpo utiliza dos autopistas diferentes en función del tipo de mensaje que quiere enviar al cerebro:
- Cuando transmite señales de dolor lo hace a través de los nervios para llegar directamente a las áreas que se encargan de percibir esa sensación, como la llamada corteza cingulada anterior- Si se trata de mensajes positivos para reducir la sensación dolorosa, se dirigen a la corteza prefrontal medial y al núcleo accubens, zonas relacionadas con la recompensa y el placer, pero también con la motivación

Podemos clasificar al dolor en:
- Dolor agudo, cuando no dura más de tres meses, suele deberse a una causa física y desaparece cuando aquella lo hace, ya que su función es alertar de que existe
- Dolor crónico, se prolonga más de 3 meses. No tiene una función protectora y se puede convertir en un enfermedad (sobre todo si perdura a pesar de que el trastorno que lo originó si se ha superado).

La Ciencia ha demostrado que existe una relación muy estrecha entre las emociones y el dolor. Cada persona tiene una reacción propia ante el sufrimiento físico, pero se sabe que dependiendo de como afecte al plano emocional, la reacción y la actitud ante ese problema serán mejores o peores. Por ello, resultan de gran utilidad las técnicas para gestionar las emociones y los estados de ánimo, en tanto que son los impulsos nervioso los que activan e intensifican los dolores crónicos.

Quienes viven con dolor duermen peor que el resto de la población, ya sea porque tienen un sueño poco profundo (y poco reparador) o porque no logran descansar el número de horas necesario. Además cuando las malas noches se repiten, nos volvemos por lo general más sensibles y nuestro umbral de dolor desciende. Conviene por tanto, no dejar que se cronifique y buscar las herramientas necesarias para tener una buena higiene del sueño.

La obesidad lo empeora. El tipo de ejercicio también contribuye a modular la sensación de dolor, gracias a las hormonas del bienestar que se liberan al practicarlo, manda mensajes positivas a la amigdala (el área cerebral relacionada con el placer).

La intensidad y percepción del dolor depende además de la intensidad del estímulo doloroso de la situación en que se produzca (grado de atención que le prestemos). Cuanto menos atraiga nuestra atención más se contribuye a regularlo de manera natural, cuando nos distraemos con actividades que nos resulten placenteras, el cerebro libera serotonina y otras sustancias que funcionan como opiáceos endógenos (sustancias antidolor internas) siendo una manera de modular la sensación de dolor. En EEUU se aboga últimamente por educar a los pacientes con dolor en dos conceptos claves:
- Flexibilidad psicológica: Consiste en aceptar la situación y acceder a realizar ciertos cambios en el comportamiento, en lugar de tratar de centrarse a toda costa en reducir los síntomas
- Acción comprometida, comprometerse con uno mismo a emprender acciones que ayuden a reducir la sensación de dolor

Enfermedades: El Dolor
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